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tate, etiam Imperiali, aut Regali præfulgeat, in tantum malorum omnium radix cupiditas occupaverit, ut alicujus ecclesiæ, seu cujusvis sæcularis, vel regularis beneficii, montium pietatis, aliorumque piorum locorum jurisdictiones, bona, census, ac jura, etiam feudalia, et emphyteutica, fructus, emolumenta, seu quascumque obventiones, quæ in ministrorum, et pauperum necessitates converti debent, per se, vel alios vi, vel timore incusso, seu etiam per suppositas personas clericorum, aut laicorum, seu quacumque arte, aut quocumque quæsito colore, in proprios usus convertere, illosque usurpare præsumpserit, seu impedire, ne ab iis, ad quos jure pertinent, percipiantur;is anathemati tamdiu subjaceat, quamdiu jurisdictiones, bona, res, jura, jura, fructus, et redditus, quos occupaverit, vel qui ad eum quomodocumque, etiam ex donatione suppositæ personæ, pervenerint, ecclesiæ, ejusque administratori, sive beneficiato integrè restituerit; ac deinde à Romano Pontifice absolutionem obtinuerit. Quòd si ejusdem ecclesiæ patronus fuerit; étiam jure patronatus, ultra præ

to grado á cualquiera clérigo 6 lego, distinguido con cualquiera dignidad que sea, aun la Imperial ó Real, que presumiere invertir en su propio uso, y usurpar por sí ó por otros, con violencia, ó infundiendo terror, ó valiéndose tambien de personas supuestas, eclesiásticas ó seculares, ó con cualquiera otro artificio, color ó pretexto, la jurisdiccion, bienes, censos y derechos, sean feudales ó enfitéuticos, los frutos, emolumentos, ó cualesquiera obvenciones de alguna iglesia, ó de cualquiera beneficio secular ó regular, de montes de piedad, ó de otros lugares piadosos, que deben invertirse en socorrer las necesidades de los ministros y pobres; ó presumiere estorbar que los perciban las personas á quienes de derecho pertenecen ; quede sujeto á la excomunion por todo el tiempo que no restituya enteramente á la iglesia, y á su administrador, ó beneficiado las jurisdicciones, bienes, efectos, derechos, frutos y rentas que haya ocupado, ó que de cualquiera modo hayan entrado en su poder, aun por donacion de persona supuesta, y además de esto haya obtenido la absolucion del Romano Pontífice. Y si fuere patrono de la misma iglesia, quede tambien por el mismo hecho privado del derecho de patronato, además de las penas mencionadas. El clé rigo que fuese autor de este de

dictas pœnas, eo ipso privatus existat. Clericus verò, qui nefandæ fraudis, et usurpationis hujusmodi fabricator, seu consentiens fuerit, eisdem pœnis subjaceat ; nec non quibuscumque beneficiis privatus sit, et ad quæcumque alia beneficia inhabilis efficiatur; et à suorum ordinum executione, etiam post integram satisfactionem, et absolutionem, sui Ordinarii arbitrio suspendatur.

Decretum super petitione

concessionis calicis.

Insuper, cùm eadem sacrosancta Synodus superiori Sessione duos articulos, aliàs propositos, et tum nondum discussos, videlicet: videlicet An rationes, quibus sancta catholica Ecclesia adducta fuit, ut communicaret laicos, atque etiam non celebrantes sacerdotes, sub una panis specie, ita sint retinendæ, ut nulla ratione calicis usus cuiquam sit permittendus: et, An si honestis, et christianæ charitati consentaneis rationibus concedendus alicui vel nationi, vel regno calicis usus videatur, sub aliquibus conditionibus concedendus sit, et quænam illæ sint; in aliud tempus oblata sibi occasione, examinandos, atque defi

testable fraude y usurpacion, ό consintiere en ella, quede sujeto á las mismas penas, y además de esto privado de cualesquiera beneficios, inhábil para obtener cualquiera otro, y suspenso, á voluntad de su Obispo, del ejercicio de sus órdenes, aun despues de estar absuelto, y haber satisfecho enteramente.

Decreto sobre la pretension de que se conceda el cáliz.

Además de esto, habiendo reservado el mismo sacrosanto Concilio en la Sesion antecedente para examinar y definir, siempre que despues se le presentase ocasion oportuna, dos artículos propuestos en otra ocasion, y entonces no examinados; es á saber : Si las razones que tuvo la santa Iglesia católica, para dar la comunion á los legos, y á los sacerdotes cuando no celebran, bajo sola la especie de pan, han de subsistir en tanto vigor, que por ningun motivo se permita á ninguno el uso del cáliz; y el segundo artículo: Si pareciendo, en fuerza de algunos honestos motivos, conforme á la caridad cristiana, que se deba conceder el uso del cáliz á alguna nacion ó reino, haya de ser bajo de algunas

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SESSIO XXIII.

Quæ est vii sub Pio IV, Pont. Max. celebrata die xv julii

M. D. LXIII.

Vera, et catholica doctrina de sacramento Ordinis, ad condemnandos errores nostri temporis, à sancta Synodo Tridentina decreta, et publicata Sessione VII.

CAP. I. De institutione sacerdotii novæ legis.

Sacrificium, et sacerdotium ita Dei ordinatione conjuncta sunt (1), ut utrumque in omni lege extiterit. Cùm igitur in novo Testamento sanctum Eucharistiæ sacrificium visibile ex Domini institutione catholica Ecclesia acceperit; fateri etiam oportet, in ea novum esse visibile, et externum sacerdotium, in quod vetus translatum est. Hoc autem ab eodem Domino Salvatore nostro institutum esse (2), atque Apostolis, eorumque successoribus in sacerdotio (3), potestatem traditam consecrandi, offerendi, et ministrandi corpus, et sanguinem ejus, necnon (4) et peccata dimittendi, et retinendi, sacræ litteræ ostendunt, et catholicæ Ecclesiæ traditio semper docuit.

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SESION XXIII.

Que es la VII celebrada en tiempo del sumo Pontifice Pio IV en 15 de julio de 1563.

Verdadera y católica doctrina de sacramento del Orden, decretada y publicada por el santo Concilio de Trento en la Sesion vii, par condenar los errores de nuestro tiempo.

CAP. I. De la institucion del sacerdocio de la nueva ley.

El sacrificio y el sacerdocio van de tal modo unidos por disposicion divina, que siempre ha habido uno y otro en toda ley. Habiendo pues recibido la Iglesia católica, por institucion del Señor, en el nuevo Testamento, el santo y visible sacrificio de la Eucaristía; es necesario confesar tambien, que hay en la Iglesia un sacerdocio nuevo, visible y externo, en que se mudó el antiguo. Y que el nuevo haya sido instituido por el mismo Señor y Salvador, y que el mismo Cristo haya tambien dado á los Apóstoles y sus sucesores en el sacerdocio la potestad de consagrar, ofrecer y administrar su cuerpo y sangre, así como la de perdonar y retener los pecados; lo demuestran las sagradas letras, y siempre lo ha enseñado la tradicion de la Iglesia católica.

(2) Matth. 16. Marc. 14. -(3) Luc. 6,

CAP. II. De las siete Ordenes.

Siendo el ministerio de tan santo sacerdocio una cosa divina, fué congruente para que se pudiese ejercer con mayor dignidad y veneracion, que en la constitucion arreglada y perfecta de la Iglesia, hubiese muchas y diversas graduaciones de ministros, quienes sirviesen por oficio al sacerdocio, distribuidos de manera que los que estuviesen distinguidos con la tonsura clerical, fuesen ascendiendo de las menores órdenes á las mayores; pues no solo menciona la sagrada Escritura claramente los sacerdotes, sino tambien los diáconos; enseñando con gravisimas palabras qué cosas en especial se han de tener presentes para ordenarlos y desde el mismo principio de la Iglesia se conoce que estuvieron en uso, aunque no en igual graduacion, los nombres de las órdenes siguientes, y los ministerios peculiares de cada una de ellas; es á saber, del subdiacono, acólito, exorcista, lector y ostiario ó portero; pues los Padres y sagrados concilios numeran el subdiaconado entre las órdenes mayores, y hallamos tambien en ellos con suma frecuencia la mencion de las otras inferiores.

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CAP. II. De septem Ordinibus.

Cùm autem divina res sit tam sancti sacerdotii ministerium, consentaneum fuit, quò digniùs, et majori cum veneratione exerceri posset, ut in Ecclesiæ ordinatissima dispositione plures, et diversi essent ministrorum ordines, qui sacerdotio ex officio deservirent; ita distributi, ut, qui jam clericali tonsura insigniti essent, per minores ad majores ascenderent. Nam non solùm de sacerdotibus, sed et de diaconis (1), sacræ litteræ apertam mentionem faciunt; et quæ maximè in illorum ordinatione attendenda sunt, gravissimis verbis docent; et ab ipso Ecclesiæ initio (2) sequentium ordinum nomina, atque uniuscujusque eorum propria ministeria, subdiaconi scilicet, acolythi, exorcista, lectoris, et ostiarii in usu fuisse cognoscuntur ; quamvis non pari gradu. Nam subdiaconatus ad majores ordines à Patribus, et sacriis conciliis refertur, in quibus et de aliis inferioribus frequentissimè legimus.

(1) I Tim. 3, et Act. 21. (2) Tert. de Præscr. 1, c. 41. Cyprian. ep. 55. Concil. Rom. III sub Sylv. I. Hliberit. c. 33.

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