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sino porque el honor que se da á las imágenes, se refiere á los originales representados en ellas; de suerte, que adoremos á Cristo por medio de las imágenes que besamos, y en cuya presencia nos descubrimos y arrodillamos; y veneremos á los santos, cuya semejanza tienen todo lo cual es lo que se halla establecido en los decretos de los concilios, y en especial en los del segundo Niceno contra los impugnadores de las imágenes.

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Enseñen con esmero los Obispos que por medio de las historias de nuestra redencion, expresadas en pinturas y otras copias, se instruye y confirma el pueblo recordándole los artículos de la fe, y recapacitándole continuamente en ellos además que se saca mucho fruto de todas las sagradas imágenes, no solo porque recuerdan al pueblo los beneficios y dones que Cristo les ha concedido, sino tambien porque se exponen á los ojos de los fieles los saludables ejemplos de los santos, y los milagros que Dios ha obrado por ellos, con el fin de que den gracias á Dios por ellos, y arreglen su vida y costumbres á los ejemplos de los mismos santos; así como para que se exciten á adorar, y amar á Dios, y practicar la piedad. Y si alguno enseñare, ó sintiere lo contrario á estos decretos, sea excomulgado. Mas si se hubieren introducido algunos abusos en

exhibetur, refertur ad prototypa, quæ illæ representant : ita ut per imagines, quas osculamur, et coram quibus caput aperimus, et procumbimus, Christum adoremus ; et sanctos, quorum illæ similitudinem gerunt, veneremur. Id quod conciliorum, præsertim verò secundæ Nicænæ synodi, decretis contra imaginum oppugnatores est sancitum.

Illud verò diligenter doceant Episcopi, per historias mysteriorum nostræ redemptionis, picturis, vel aliis similitudinibus expressas, erudiri, et confirmari populum in articulis fidei commemorandis, et assiduè recolendis: tum verò ex omnibus sacris imaginibus magnum fructum percipi, non solùm quia admonetur populus beneficiorum, et munerum, quæ à Christo sibi collata sunt; sed etiam quia Dei per sanctos miracula, et salutaria exempla oculis fidelium subjiciuntur; ut pro iis Deo gratias agant, ad sanctorumque imitationem vitam, moresque suos componant, excitenturque ad adorandum, ac diligendum Deum, et ad pietatem colendam. Si quis autem his decretis contraria docuerit, aut senserit;

anathema sit. In has autem estas santas y saludables práctisanctas, et salutares obser- cas, desea ardientemente el sanvationes si qui abusus irrep to Concilio que se exterminen de serint, eos prorsus aboleri todo punto; de suerte que no se sancta Synodus vehementer coloquen imágenes algunas de cupit; ita ut nullæ falsi dog- falsos dogmas, ni que den ocasion matis imagines, et rudibus á los rudos de peligrosos errores. periculosi erroris occasio- Y si aconteciere que se expresen nem præbentes, statuantur. y figuren en alguna ocasion hisQuòd si aliquando historias, torias y narraciones de la sagrada et narrationes sanctæ Scrip- Escritura, por ser estas conveturæ, cùm id indoctæ plebi nientes á la instruccion de la expediet, exprimi, et figu- ignorante plebe; enseñese al puerari contigerit; doceatur po- blo que esto no es copiar la divipulus, non proptereà divini- nidad, como si fuera posible que tatem figurari, quasi corpo- se viese esta con ojos corporales, reis oculis conspici, vel co- ó pudiese expresarse con colores loribus, aut figuris exprimi ó figuras. Destiérrese absolutapossit. Omnis porrò supersti- mente toda supersticion en la intio in sanctorum invocatione, vocacion de los santos, en la vereliquiarum veneratione, et neracion de las reliquias, y en el imaginum sacro usu tollatur; sagrado uso de las imágenes; omnis turpis quæstus elimi- ahuyéntese toda ganancia sórdida; netur; omnis denique lasci- evítese en fin toda torpeza; de via vitetur; ita ut procaci manera que no se pinten ni adorvenustate imagines non pin- nen las imágenes con hermosura gantur, nec ornentur ; et escandalosa; ni abusen tampoco sanctorum celebratione, ac los hombres de las fiestas de los reliquiarum visitatione ho- santos, ni de la visita de las remines ad comessationes, at- liquias, para tener convitonas, ni que ebrietates non abutan- embriagueces: como si el lujo y tur: quasi festi dies in hono- lascivia fuese el culto con que rem sanctorum per luxum, deban celebrar los dias de fiesta ac lasciviam agantur. Postre- en honor de los santos. Finalmò tanta circa hæc diligen- mente pongan los Obispos tanto tia, et cura ab Episcopis cuidado y diligencia en este punto, adhibeatur, ut nihil inordi- que nada se vea desordenado, ό nátum, aut præposterè, et puesto fuera de su lugar, y tutumultuariè accommodatum, multuariamente, nada profano y nihil profanum, nihilque nada deshonesto; pues es tan

propia de la casa de Dios la santidad. Y para que se cumplan con mayor exactitud estas determinaciones, establece el santo Concilio que á nadie sea lícito poner, ni procurar se ponga ninguna imágen desusada y nueva en lugar ninguno, ni iglesia, aunque sea de cualquier modo exenta, á no tener la aprobacion del Obispo. Tampoco se han de admitir nuevos milagros, ni adoptar nuevas reliquias, á no reconocerlas y aprobarlas el mismo Obispo. Y este luego que se certifique en algun punto perteneciente á ellas, consulte algunos teólogos y otras personas piadosas, y haga lo que juzgare convenir á la verdad y piedad. En caso de deberse extirpar algun abuso, que sea dudoso ó de dificil resolucion, ó absolutamente ocurra alguna grave dificultad sobre estas materias, aguarde el Obispo antes de resolver la controversia, la sentencia del Metropolitano y de los Obispos comprovinciales en concilio provincial; de suerte no obstante que no se decrete ninguna cosa nueva ó no usada en la Iglesia hasta el presente, sin consultar al Romano Pontifice.

inhonestum appareat(1); cùm domum Dei deceat sanctitudo. Hæc ut fideliùs observentur, statuit sancta Synodus, nemini licere ullo in loco, vel ecclesia, etiam quomodolibet exempta, ullam insolitam ponere, vel ponendam curare imaginem, nisi ab Episcopo approbata fuerit; nulla etiam admittenda esse nova miracula, nec novas reliquias recipiendas, nisi eodem recognoscente, et approbante Episcopo. Qui simul atque de iis aliquid compertum habuerit; adhibitis in consilium theologis, et aliis piis viris, ea faciat, quæ veritati, et pietati consentanea judicaverit. Quòd si aliquis dubius, aut difficilis abusus sit extirpandus, vel omninò aliqua de iis rebus gravior quæstio incidat; Episcopus antequam controversiam dirimat, Metropolitani, et comprovincialium Episcoporum in concilio provinciali sententiam expectet : ita tamen, ut nihil, inconsulto sanctissimo Romano Pontifice, novum, aut in Ecclesia hactenus inusitatum decernatur.

(1) Psalm. 52.

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Quoniam non ignorat sancta Synodus, quantum ex monasteriis piè institutis, et rectè administratis, in Ecclesia Dei splendoris, atque utilitatis oriatur; necessarium esse censuit, quò faciliùs, ac maturiùs, ubi collapsa est vetus, et regularis disciplina, instauretur, et constantiùs, ubi conservata est, perseveret, præcipere, prout hoc decreto præcipit, ut omnesregulares, tam viri, quàm mulieres, ad regulæ, quam professi sunt, præscriptum vitam instituant, et componant, atque in primis, quæ ad suæ professionis perfectionem, ut obedientiæ, paupertatis, et castitatis, ac si quæ alia sunt alicujus regulæ, et ordinis peculiaria vota, et præcepta, ad eorum respectivè essentiam necnon ad communem vitam, victum, et vestitum conservanda pertinentia, fideliter

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No ignorando el santo Concilio cuánto esplendor y utilidad dan á la Iglesia de Dios los monasterios piadosamente establecidos y bien gobernados, ha tenido por necesario mandar, como manda en este decreto, con el fin de que mas fácil y prontamente se restablezca, donde haya decaido, la antigua y regular disciplina, y persevere con mas firmeza donde se ha conservado : Que todas las personas regulares, así hombres como mujeres, ordenen y ajusten su vida á la regla que profesaron; y que en primer lugar observen fielmente cuanto pertenece á la perfeccion de su profesion, como son los votos de obediencia, pobreza y castidad, y los demás, si tuvieren otros votos y preceptos peculiares de alguna regla y órden, que respectivamente miren á conservar la esencia de sus votos, así como á la vida comun, alimentos y hábitos; debiendo poner los superiores así en los capítulos generales y provinciales,

como en la visita de los monasterios, la que no dejen de hacer en los tiempos asignados, todo su esmero y diligencia en que no se aparten de su observancia : constándoles evidentemente que no pueden dispensar, ó relajar los estatutos pertenecientes á la esencia de la vida regular; pues si no conservaren exactamente estos que son la basa y fundamento de toda la disciplina religiosa, es necesario que se desplome todo el edificio.

CAP. II. Prohibese absolutamente á los religiosos la propiedad. No pueda persona regular, hombre ni mujer, poseer, ó tener como propios, ni aun á nombre del convento, bienes muebles, ni raices, de cualquier calidad que sean, ni de cualquier modo que los hayan adquirido, sino que se deben entregar inmediatamente al superior, é incorporarse al convento. Ni sea permitido en adelante á los superiores conceder á religioso alguno bienes raices, ni aun en usufruto, uso, administracion ó encomienda. Pertenezca tambien la administracion de los bienes de los monasterios, ó de los conventos á solo oficiales de estos, los que han de ser amovibles á voluntad del superior. Y el uso de los bienes muebles ha de per

observent. Omnisque cura, et diligentia à superioribus adhibeatur tam in capitulis generalibus, et provincialibus, quàm in eorum visitationibus, quæ suis temporibus facere non prætermittant, ut ab illis non recedatur: cùm compertum sit, ab eis non posse ea, quæ ad substantiam regularis vitæ pertinent, relaxari. Si enim illa, quæ bases sunt, et fundamenta totius regularis disciplinæ, exactè non fuerint conservata; totum corruat ædificium necesse est. CAP. II. Proprietas regularibus omninò prohibetur.

Nemini igitur regularium, tam virorum, quàm mulierum, liceat bona immobilia, vel mobilia, cujuscumque qualitatis fuerint, etiam quovis modo ab eis acquisita, tamquam propria, aut etiam nomine conventus possidere, vel tenere; sed statim ea superiori tradantur, conventuique incorporentur. Nec deinceps liceat superioribus bona stabilia alicui regulari concedere, etiam ad usumfructum, vel usum, administrationem, aut commendam. Administratio autem bonorum monasteriorum, seu conventuum ad solos officiales eorumdem, ad nu

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