Sayfadaki görseller
PDF
ePub

»solo y enristrándole las lanzas lo mataron,dándole la prime>>ra lanzada por el costado, que fuera uno el que á él le aco>>metiera no le matan, porque dando un salto se escapa lue>>go: cercáronle y así le dieron fin y con la batalla, pues vién. >>dole muerto huyeron los Canarios, deshizo el fuerte que te»nían allí en Arúcas ó cerca. El Gobernador hizo cortar la >>cabeza á Doramas y traerla puesta en una lanza y hizo po»nerla en la plaza del Real que era la de San Antón.»>

Tratándose como se trata de uno de los primeros jefes de los hijos del Atlántico, no debemos dejar de trasuntar igual. mente lo que dice el Dr. Marín de Cubas (1):

«Bien sentidos los Españoles de las burlas pasadas de los >> Canarios y sus atrevimientos intentando Pedro de Vera el >>castigo, por acuerdo de todos, salió dia de San Andres, »>miércoles, dejando bastante guarnición en el Real, con >>cincuenta lanzas de á caballo y doscientos peones en busca »del enemigo, camino de la Sierra hácia el Valle de Tenoya »ó Tenoja antes de Arúcas, llevaban los caballos entre sí » apartados cogido mucho campo. Capitaneábalos el general >>Pedro de Vera, llevaba el pendón blanco con dos puntas >>con Castilla y León en señal de paz, como siempre lo traia Del Alferez Jaimez, dispuestos primero todos como cris>>tianos y hecha la exortación de hacer cada uno el deber á >>ley de bueno: habiendo caminado una legua se veían algu>>nos canarios armados que se iban juntando, y media legua »adelante se vieron muchos en los riscos emparedados ó me>>tidos en corrales de piedra á modo de fortaleza esperando »llegasen á ellos, hicimos alto, y de improviso venían el valle >arriba muchos Canarios, armados de montantes de palo, >>muy presurosos á los caballos; era esta la cuadrilla del afa>>mado Doramas que venían del mar donde se habían baña»do hasta que la nueva de nuestra llegada les hizo venir: disparáronles primero los ballesteros algunos tiros, y otros »de fuego, mas no dando lugar á más,fué fuerza á lancearlos >que se les hizo mucho daño; pelearon algunos con gran re

(1) Dr. Marin de Cubas: M. S. cit. Lib. II, cap. VII, p. 112.

»>putación, tanto de los cristianos como de los gentiles, y lo >>mas célebre fué el estrago que hizo Doramas: meneaba en >>rueda con una mano su espada que no había entrarle hom»bre alguno; otros tiraban un dardillo que pasaban un hom>>bre armado y á un caballo y de afuera los tiros de fuego les >>hacian daño, y decia Doramas, llegad á mi seis, doce y >> veinte y no tireis de afuera, y siempre estuvo gritando y >>diciendo oprobios de perros fementidos, traidores, en su >>lengua; hacia muchos movimientos con el cuerpo, ya reti»rado ya descubierto empleando sus golpes á su salvo. Vien»do Pedro de Vera que se señalaba en mayores estragos le >> conoció y se fué á él: porque el primero que le acometió >>fué Juan de Flores, que picando recio al caballo, se entró »tanto que quebrándole Doramas la lanza tambien le que>>bró la cabeza del reves: siguióle Pedro Lopez, soldado de »á pié y tambien le llevó la espada de la mano, desbaratan»do otros de á caballo: entraron otros dos con Pedro de Ve»ra á rodearlo como á toro, el primero sobre el costado iz»quierdo, que tal no juzgó Doramas, fué Diego de Hozes, >>>Cordobes, que le hirió sobre la espalda derecha y llevó de >> retorno un revé que le quebró la pierna izquierda; entró >> luego Pedro de Vera dándole segunda lanzada por el pe>>cho, y luego le dieron un balazo en un brazo: al primero >>dijo Doramas: no te iràs alabando: á Pedro de Vera; no >>eres tú quien me ha muerto sino este traidor por detras: y >>por último que no le tirasen de á fuera como perros trai»dores que á todos bebería la sangre; y luego comenzó aton»tado desangrandose á pedir agua con las ansias de la »muerte: juzgaron que queria bautizarse y fué para beber, »trájola uno de á caballo casi ochenta pasos de allí en un >>sombrero alemanisco lleno de agua, echáronla en un casco >>de hierro, bebióla y salia clara por las heridas y luego mu»rió. Fué cortada la cabeza y traida delante por un canario »cautivo en una asta gruesa de sus camaradas que se deja»ron prender por no desampararle; los otros Canarios fueron »de huida al verle ya herido, picaba el sol eran las diez del »dia, deshiciéronse los paredones y descansando algun po

>>co dió Pedro de Vera la vuelta al Real. Estuvo muchos »dias en la plaza de San Anton, la cabeza para escarmiento >>de atrevidos. La espada de palo que él jugaba con una >>mano, como si fuera con una caña, no podia un Español á >>dos manos bien menearla: la fuerza que tenia dió admira»cion á todos; no era muy alto de cuerpo mas era grueso, >>ancho de espaldas, gran cabeza, el rostro redondo, las na>>rices pequeñas y muy anchas las ventanas, la edad media»na, bien repartido de miembros. >>

Compárense las relaciones anteriores con la del historiador Viera y Clavijo revestida de forma verdaderamente dramática (1) :

α Habiase apostado Doramas, Guanarteme de Telde, so»bre una de las eminencias del pais de Arúcas, desde donde »>insultaba con sus huestes el poderio español. El general »Vera, que estaba resuelto á atacarlas, se apostó tambien >>sobre otro cerro opuesto, dando á sus soldados la exten>>sion conveniente para hacerlos más respetables. Así se >>estuvieron observando los dos ejércitos mutuamente sin >>moverse durante algunas horas; hasta que ensoberbecido »Doramas con la idea de su valor, envió un canario á Pedro »de Vera para decirle: que si entre sus afeminados europeos »se hallaba alguno que se atreviese á salir con él á un com»>bate singular, en presencia de ambos campos, se podria »evitar la batalla. Nuestro general quiso ser el Manlio Tor»cuato, que postrase las altiveces de aquel bárbaro, acor>>dándose de que en su familia habia habido grandes duelis>>tas en todos tiempos. Él mismo, siendo todavia muy jóven, »por desagraviar el honor del rey Don Enrique IV, habia >>>cortado la cabeza en un desafio á cierto caballero Navarro, >>la cual expuso á la vista de aquel monarca y de toda su »corte. Pero sus oficiales, que tenian más sangre fria, ó más >>prudencia, pudieron diguadirle por entonces.

>>Sin embargo, como los moros habian hecho en España »aquel género de certámen demasiado comun, no faltó un

(2) Viera y Clavijo: op. cit. Lib. VII, tomo II, p. 64.

>> hidalgo llamado Juan de Hozes que admitiendo el desafio »saliese al campo. Este soldado servia en la caballeria, y >> habiendo dejado las lineas, montado en un bello caballo >> andaluz, acometió denodadamente à Doramas, quien sin >>darle lugar para que se acercase demasiado, le arrojó su »>magado con tanto brio, que traspasándole la adarga, cota »y corazon, le derribó muerto. La terrible algazara con que » victorearon los canarios la hazaña de su Guauarteme, redo»bló el encono de los españoles, no sólo por la pérdida del >> malogrado Hozes, sino por el descrédito de sus armas.

»Entonces fué, cuando no pudiendo Pedro de Vera ser »dueño de sí mismo, salió arrebatado de furor contra Dora»mas, y lisonjeándose este bárbaro victorioso anticipada >>mente de la muerte del general enemigo, le arrojó su dar»><do con la mayor violencia y le traspasó la adarga; pero >>huyendo Pedro de Vera el cuerpo evitó la herida. Inme»diatamente metió espuelas á su caballo, para ponerse más »>al alcance del Guanarteme. Vé venir silbando por el aire otro dardo; baja la cabeza, y cosiéndose con el pescuezo >>del bruto, evita segunda vez el tiro. Malogrado éste, se »abalanza rápidamente contra Doramas, y logrando alcan>>zarle le mete la lanza por un hijar y le derriba. Sintiéndo»se mal herido el isleño, y viendo á su rival en accion de >>descargarle nuevo golpe, se rindió pidiendo cuartel.

»Cuando los canarios observaron caido á su estimado »jefe y todo bañado en su sangre, salieron de sus puestos >>como bestias feroces y embistieron á las tropas españolas. >>El combate se hizo casi general, y por una y otra parte se >>ejecutaron prodigios de atrevimiento y valor. Pero como >> reconocieron los bárbaros que perdian mucha gente, sin >>conseguir romper nuestras lineas, y que no les era posible >>recuperar al Guanarteme; se desparramaron por las cum»bres, dejando en la fuga un número considerable de pri»sioneros y de heridos (1) .

Intentaba Pedro de Vera llevar á Doramas consigo, (4) Galin. Mss. lib. 2 cap. 18.

para que adornase su entrada en el Real de Las Palmas, »>que pensaba hacer como en triunfo; mas habiendo llegado »á la cuesta de Arúcas, se halló aquel prisionero tan débil y extenuado por la falta de sangre, que empezó á experimen»tar los últimos parasismos. Se dispuso que pidiese el bau>>tismo, y se condujo el agua dentro de un casco de acero. >El mismo general quiso servirle de padrino, y murió Do»ramas algunos instantes despues. Fué sepultado en la cé»>lebre montaña que retiene su nombre. Acompañó casi >>todo el ejército su entierro, con un gran número de cana»rios, que prefirieron el cautiverio á la pena de separarse >>del cadáver. El P. Abreu Galindo asegura, que hasta sus »dias se conservaba el sepulcro de aquel isleño, orlado de >>un cerco de piedras y en medio levantada una cruz.

»>Así murió, colmado de la sólida gloria militar, aquel >>héroe salvaje, despues de haberse hecho un lugar tan >>distinguido entre los suyos por sus brios, su capacidad, >>sus hazañas y aun por sus delitos. Todas las acciones de >>Doramas tuvieron la propiedad de interesar. La patria, >>cuyo gobierno habia usurpado para defenderla, y por la »>que sacrificó la vida, le lloró amargamente llamándole su ornamento y el último de los canarios. Los españoles, que >>le aborrecian y respetaban, reconocieron que desde que el »Guanarteme de Telde habia fallecido, se habia comenzado »á conquistar verdaderamente el país.»

He procurado averiguar donde pudo ser enterrado el denodado Canario, y al efecto y acompañado del Licenciado D. Emiliano Martinez de Escobar, hicimos algunas excursiones por las cercanias de Arúcas, encontrando en la parte S.E. de la montaña, una pequeña llanura conocida desde tiempo inmemorial con el nombre de El Llano de la Cruz; y aun cuando hace muchos años que no existe allí cruz alguna, y ni los más ancianos recuerdan haberla visto, hay la tradicion de que en aquellos parajes y sobre un monton de piedras, se colocó la primera cruz que hubo en aquella comarca, dando lugar á creer por la denominacion del sitio, que fué la que vió el historiador Abreu GaTOMO III-14.

« ÖncekiDevam »