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Salvo-conducto concedido á los Pro- Salvus-conductus datus Protes

testantes.

El sacrosanto general Concilio de Trento, congregado legítimamente en el Espíritu Santo, y presidido de los mismos Legado y Nuncios de la santa sede Apostólica, concede, en cuanto toca al mismo santo Concilio, á todas y á cada una de las personas eclesiásticas ó seculares de toda la Alemania, de cualquiera graduacion, estado, condicion y calidad que sean, que deseen concurrir á este ecuménico y general Concilio, la fé pública, y plena seguridad que llaman Salvo-conducto, con todas y cada una de sus cláusulas y decretos necesarios y conducentes, aunque debiesen expresarse en particular, y no en términos generales; los mismos que ha querido se tengan por expresados, para que puedan y tengan facultad de conferenciar, proponer y tratar con toda libertad de las cosas que se han de ventilar en el mismo Concilio, así como para venir libre y seguramente al mismo Concilio general, y permanecer y vivir en él, y tambien para representar, y proponer tanto por escrito, como de viva voz los artículos que les pareciese, y conferenciar y disputar con los PP. ó con las personas que eligiere el mismo santo Concilio, sin injurias ni ultrajes; é igualmente para que puedan retirarse cuando fuere su voluntad. Ademas de esto ha resuelto el mismo santo Concilio, que si desearen por su mayor libertad y seguridad, que se les deputen jueces privativos, tanto respecto de los delitos cometidos, como de los que puedan cometer, nombren personas que les sean favorables, aunque sus delitos sean en

tantibus.

Sacrosancta generalis Tridentina Synodus, in Spiritu Sancto legitimè congregata, præsidentibus in ea eisdem sanctæ sedis Apostolicæ Legato, et Nuntiis, omnibus, et singulis, sive ecclesiasticis, sive sæcularibus personis universæ Germaniæ, cujuscumque gradus, status, conditionis, et qualitatis sint, quæ ad œcumenicum hoc, et generale Concilium accedere voluerint, ut de iis rebus, quæ in ipsa Synodo tractari debent, omni libertate conferre, proponere, et tractare, ac ad ipsum acumenicum Concicilium liberè, et tuto venire, et in eo manere, et commorari, ae articulos, quot illis videbitur, tam scripto, quam verbo offerre, proponere, et cum Patribus, sive iis, qui ab ipsa sancta Synodo delecti fuerint, conferre, et absque ullis conviciis, et contumeliis disputare, necnon, quando illis placuerit, recedere possint, et valeant; publicam fidem, et plenam securitatem, quam Salvumconductum appellant, cum omnibus, et singulis clausulis, et decretis necessariis, et opportunis, etiam si specialitèr, et non per verba generalia exprimi deberent, quæ pro expresis haberi voluit, quantum ad ipsam sanctam Synodum spectat, concedit. Placuit prætereà sanctæ Synodo, ut, si pro majori libertate eorum, certos tam pro commissis, quam pro committendis cos delictis judices eis deputari cupiant, illos sibi bene

volos nominent, etiam si delicta extremo enormes, y huelan á hereipsa quantumcumque enormia, ac gía. hæresim sapientia fuerint.

SESSIO XIV.

Quæ est IV. sub Julio III. Pont. Max. celebrat. die XXV Novembris M.D.XLI.

Doctrina de sanctissimis Pœnitentiæ, et Extremæ-unctionis

sacramentis.

Sacrosancta, æcumenica, generalis Tridentina Synodus, in Spiritu Sancto legitimè congregata, præsidentibus in ca eisdem sanctæ Apostolicæ sedis Legato, et Nuntiis. Quamvis in decreto de Justificatione multus fuerit de Pænitentiæ sacramento, propter locorum cognationem, necessaria quadam ratione sermo interpositus; tanta nihilominus circa illud nostra hac ætate diversorum erro rum est multitudo, ut non parum publicæ utilitatis retulerit, de eo exactiorem, et pleniorem definitionem tradidisse; in qua demonstratis, et convulsis, Spiritus Sancti præsidio, universis erroribus, catholica veritas perspicua, et illustris fieret; quam nunc sancta hæc Synodus Christianis omnibus perpetuò servandam proponit.

CAP. I. De necessitate, et institutione sacramenti Pœnitentiæ.

Si ea in regeneratis omnibus gratitudo erga Deum esset, ut justitiam, in Baptismo ipsius beneficio, et gratia susceptam, constanter tuerentur; non fuisset

SESION XIV.

Que es la IV. celebrada en tiempo del sumo Pontífice Julio III. en 25 de Noviembre de 1551.

Doctrina de los santisimos sacramentos de la Penitencia y Extremauncion.

No obstante que el sacrosanto, ecuménico y general Concilio de Trento, congregado legitimamente en el Espíritu Santo, y presidido de los mismos Legado y Nuncios de la santa sede Apostólica, ha hablado latamente, en el decreto sobre la Justificacion, del sacramento de la Penitencia, con alguna necesidad por la conexion que tienen ambas materias; sin embargo, es tanta y tan vária la multitud de errores que hay en nuestro tiempo acerca de la Penitencia, que será muy conducente á la utilidad pública, dar mas completa y exacta definicion de este Sacramento; en la que demostrados y esterminados con el ausilio del Espíritu Santo todos los errores, quede clara y evidente la verdad católica ; la misma que este santo Concilio al presente propone á todos los cristianos para que perpetuamente la observen.

CAP. I. De la necesidad é institucion del sacramento de la Penitencia.

Si tuviesen todos los reengendrados tanto agradecimiento á Dios que constantemente conservasen la santidad que por su beneficio y gracia recibieron en el Bautismo; no habria sido

necesario que se hubiese instituido otro Sacramento distinto de este, para lograr el perdon de los pecados. Mas como Dios, abundante en su misericordia, conoció nuestra debilidad; estableció tambien remedio para la vida de aquellos que despues se entregasen á la servidumbre del pecado, y al poder ó esclavitud del demonio; es á saber, el sacramento de la Penitencia, por cuyo medio se aplica á los que pecan despues del Bautismo el beneficio de la muerte de Cristo. Fué en efecto necesaria la penitencia en todos tiempos, para conseguir la gracia y justificacion á todos los hombres que hubiesen incurrido en la mancha de algun pecado mortal, y aun á los que pretendiesen purificarse con el sacramento del Bautismo; de suerte que abominando su maldad, y enmendándose de ella, detestasen tan grave ofensa de Dios, reuniendo el aborre cimiento del pecado con el piadoso dolor de su corazon. Por esta causa dice el Profeta: Convertios, y haced penitencia de todos vuestros pecados: y con esto no os arrastrará la iniquidad á vuestra perdicion. Tambien dijo el Señor: Si no hiciereis penitencia, todos sin excepcion perecereis. Y el Príncipe de los Apóstoles san Pedro decia, recomendando la penitencia á los pecadores que habían de recibir el Bautismo: Haced penitencia, y recibid todos el Bautismo. Es de advertir, que la penitencia no era Sacramento antes de la venida de Cristo, ni tampoco lo es despues de esta, respecto de ninguno que no haya sido bautizado. El Señor pues estableció principalmente el sacramento de la Penitencia, cuando resucitado de entre los muertos sopló sobre sus discípulos, y les dijo: Recibid el Espiritu Santo: los pecados de

opus, aliud ab ipso Baptismo sacramentum ad peccatorum remissionem esse institutum. Quoniam autem Deus (Psalm. 102. Ephes. 6.), dives in misericordia, cognovit figmentum nostrum, illis etiam vitæ remedium contulit, qui sese postea in peccati servitutem, et dæmonis potestatem tradidissent, sacramentum videlicet Pœnitentiæ, quo lapsis post Baptismum, beneficium mortis Christi applicatur. Fuit quidem Pænitentia universis hominibus, qui se mortali aliquo peccato inqui nassent, quovis tempore ad gratiam, et justitiam assequendam necessaria, illis etiam, qui Baptismi sacramento ablui petivissent, ut perversitate abjecta, et emendata, tantam Dei offensionem, cum peccati odio, et pio animi dolore detestarentur. Unde Propheta ait: (Ezech. 18.) Convertimini, et agite pœnitentiam ab omnibus iniquitatibus vestris : et non erit vobis in ruinam iniquitas. Dominus etiam dixit (Luc. 13.): Nisi pœnitentiam egeritis, omnes similiter peribitis. Et Princeps Apostolorum Petrus peccatoribus Baptismo initiandis, (Actor. 2.) pœnitentiam commendans, dicebat: Pœnitentiam agite, et baptizetur unusquisque vestrum. Porrò nec ante adventum Christi pœnitentia erat sacramentum, nec est post adventum illius cuiquam ante Baptismum. Dominus autem sacramentum Pænitentiæ tunc præcipuè instituit, cùm à mortuis excitatus, insufflavit in discipulos suos, dicens (Joann. 20. Matth. 16.): Accipite Spiritum Sanctum : quorum remiseritis

peccata, remittuntur eis; et quo- aquellos que perdonáreis, les quedan perdonados, y quedan ligados los de aquellos que no perdonáreis. De este hecho tan notable, y de estas tan claras y precisas palabras, ha entendido siempre el universal consentimiento de todos los PP. que se comunicó á los Apóstoles, y á sus legítimos sucesores el poder de perdonar, y de retener los pecados al reconciliarse los fieles que han caido en ellos despues del Bautismo; y en consecuencia reprobó y condenó con mucha razon la Iglesia católica como hereges á los Nova

rum retinueritis, retenta sunt. Quo tam insigni facto, et verbis tam perspicuis, potestatem remitendi, et retinendi peccata, ad reconciliandos fideles, post Baptismum lapsos, Apostolis, et eorum legitimis succesoribus fuisse communicatam, universorum Patrum consensus semper intellexit (Euseb. Hist. Eccles. 1. 6. c. 38. Cyprian. contra Novat.); et Novatianos, remittendi potestatem olim pertinaciter negantes, magna ratione Ecclesia catholica, cianos, que en los tiempos antiguos tamquam hæreticos, explosit atque negaron pertinazmente el poder de condemnavit. Quare verissimum perdonar los pecados. Y esta es la rahunc illorum verborum Domini zon porque este santo Concilio, al sensum sancta hæc Synodus pro- mismo tiempo que aprueba y recibe bans, et recipiens, damnat eorum este verdaderísimo sentido de aquellas commentitias interpretationes, qui palabras del Señor; condena las inverba illa ad potestatem prædican- terpretaciones imaginarias de los que di verbum Dei, et Christi Evange- falsamente las tuercen, contra la instilium annuntiandi contra hujusmo- tucion de este Sacramento, entendiéndi Sacramenti institutionem, fal- dolas de la potestad de predicar la sò detorquent. palabra de Dios, y de anunciar el Evangelio de Jesucristo.

CAP. II. De differentia sacramenti Pœnitentiæ, et Baptismi.

Cæterum hoc Sacramentum multis rationibus à Baptismo differre dignoscitur: nam præterquamquod materia, et forma, quibus Sacramenti essentia perficitur, longissimè dissidet; constat certè, Baptismi ministrum judicem esse non oportere: cùm Ecclesia in neminem judicium exerceat, qui non priùs in ipsam per Baptismi januam fuerit ingressus. Quid enim mihi, inquit Apostolus, de iis (1. Corint. 5.), qui foris sunt judicare? Secus est

CAP. II. De la diferencia entre el sacramento de la Penitencia y el Bautismo.

Se conoce empero por muchas razones, que este Sacramento se diferencia del Bautismo; porque ademas de que la materia y la forma, con las que se completa la esencia del Sacramento, son en estremo diversas; consta evidentemente que el ministro del Bautismo no debe ser juez; pues la Iglesia no ejerce jurisdiccion sobre las personas que no hayan entrado antes en ella por la puerta del Bautismo. Que tengo yo que ver, dice el Apostol, sobre el juicio de los que están fuera de la Iglesia? No sucede lo mismo

respecto de los que ya viven dentro de domesticis (1. Corint. 12.) de la fe, á quienes Cristo nuestro fidei, quos Christus Dominus laSeñor llegó á hacer miembros de su vacro Baptismi sui corporis memcuerpo, lavándolos con el agua del bra semel effecit. Nam hos, si se Bautismo; pues no quiso que si estos posteà crimine aliquo contaminadespues se contaminasen con alguna verint, non jam repetito Baptisculpa, se purificáran repitiendo el mo ablui, id in Ecclesia catholica Bautismo, no siendo esto licito por nulla ratione liceat, sed ante hoc razon alguna en la Iglesia católica; tribunal, tamquam reos sisti vosino que quiso se presentasen como luit, ut per sacerdotum sentenreos ante el tribunal de la Penitencia, tiam non semel, sed quotiès ab para que por la sentencia de los sa- admissis peccatis ad ipsum pœnicerdotes pudiesen quedar absueltos, tentes confugerent, possent libeno sola una vez, sino cuantas recur- rari. Alius præterea est Baptisriesen á él arrepentidos de los pecados mi,et alius Pænitentiæ fructus. que cometieron. Ademas de esto; uno Per Baptismum enim Christum és el fruto del Bautismo, y otro el de induentes (Galat. 3.), nova la Penitencia; pues vistiéndonos de prorsus in illo efficimur creaCristo por el Bautismo, pasamos á ser tura, plenam, et integram pecnuevas criaturas suyas, consiguiendo catorum omnium remissionem plena y entera remision de los peca- consequentes; ad quam tamen dos ; mas por medio del sacramento de novitatem, et integritatem per la Penitencia no podemos llegar de sacramentum Pænitentiæ, sine modo alguno á esta renovacion é inte- magnis nostris fletibus, et. labogridad, sin muchas lágrimas y trabajos ribus, divina id exigente justitia, de nuestra parte, por pedirlo así la di- pervenire nequaquam possumus : vina justicia de suerte que con razon ut meritò Pænitentia laboriosus llamaron los santos PP. á la Penitencia quidam Baptismus à sanctis Pa- ` especie de Bautismo de trabajo y aflic- tribus dictus fuerit. Est autem ción. En consecuencia es tan necesario hoc sacramentum Pænitentiæ este sacramento de Penitencia á los lapsis post Baptismum ad saque han pecado despues del Bautismo, lutem necessarium, ut nondum para conseguir la salvacion, como lo es regeneratis ipse Baptismus. el mismo Bautismo á los que no han sido reengendrados.

CAP. III. De las partes y fruto de este CAP. III. De partibus, et fructu

Sacramento.

Enseña ademas de esto el santo Concilio, que la forma del sacramento de la Penitencia, en la que principalmente consiste su eficacia, se encierra en aquellas palabras del ministro: Ego te absolvo, Sc. á las que loablemente

hujus Sacramenti.

Docet præterea sancta Synodus, sacramenti Penitentia formam, in qua præcipuè ipsius vis sita est, in illis ministri verbis positam esse: Ego te absolvo, &c. Quibus quidem de Ec

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