Sayfadaki görseller
PDF
ePub

los misioneros; pero despues de haber permanecido poco tiempo regresaron á sus tierras. En el año siguiente (1794) bajó otra porcion de Piros, los cuales se establecieron por sí mismos á pocas leguas de Sarayacu, á donde se les mandó un religioso para instruirles en las verdades de nuestra santa religion, ya que su proximidad á Sarayacu facilitaba su conversion al Cristianismo; pero todos cayeron enfermos á un mismo tiempo, y muchos de ellos murieron, por lo que los restantes abandonaron el pueblo retirándose otra vez. No obstante bajaron á menudo á Sarayacu hallando siempre buena acogida en los Padres conversores, que procuraban ir conservando á lo menos la buena semilla depositada en sus corazones, hasta que en 1799, viendo que dichos Piros volvian á quedarse en número bastante considerable, fundaron nuevamente, para ellos, un pueblo bajo la advocacion de nuestra Señora del Pilar de Buepo-ano, en un lugar situado entre el Ucayali y una laguna, que fué antiguamente el cauce del mismo rio, llamada Ibinahuaya, á unos dos dias escasos de distancia de Sarayacu. Al hacerse la fundacion de este pueblo se reunieron para habitarlo unos ciento tres Piros, cuyo número se conservó á corta diferencia hasta que se retiraron los misioneros á causa de la guerra de la independencia del Perú.

Los Schipibos, que se estendian por el Ucayali, desde Cuntamaná hasta la boca del rio Tamaya, y en los rios Pischquí y Ahuaitia, eran enemigos irreconciliables de los Séttebos y Cunibos; pero los Padres conversores consiguieron amistarlos con su mucha prudencia y sagacidad, y en 1809 se fundó en el Pischquí un pueblo con el nombre de San Luis de Charas-maná. Para ir á este pueblo desde Sarayacu, se sube con canoas hasta la boca del Pischquí en siete dias, y siguiendo este rio se llega en tres dias á Charas-maná. Constaba esta poblacion por los años 1818 hasta 1820, de tres familias de cristianos viejos, y cuarenta y cuatro de Schipibos, siendo su total de ciento cincuenta y cinco almas. Mas como este pueblo estaba tan distante de

las otras reducciones, y es para los misioneros tan triste el no tener algun compañero á corta distancia, con quien desahogar su conciencia, pareció conveniente á los Superiores de Ocopa auxiliarla con otra reduccion de Cunibos que sirviese al mismo tiempo de escala y seguridad en aquel tránsito, y así fué como en 1811 se fundó un pueblo con el nombre de Cunta-maná (cerro de la palma). Constaba antes de perderse por la independencia, de cuarenta y seis almas, inclusos tres matrimonios de cristianos suchiches residentes en el pueblo, y además tenia varias familias de Cunibos en nueve casas inmediatas, que pertenecian á esta mision.

En el mismo año 1811 y siguientes, pacificó el reverendo Padre Prefecto Fr. Manuel Plaza, la nacion de los Sentcís que dividida en tres parcialidades, Inobu, Runubu y Cascas, componian el número de mas de mil almas; pero por las epidemias que sufrieron, quedaron reducidas á poco mas de doscientas, distribuidas en cincuenta familias. Se reunieron todos á excepcion de la parcialidad de los Runubu, que asustados de tanta mortandad, se mantuvieron en el monte, saliendo de vez en cuando á visitar á los padres de Chunúya. Este sitio es de los mejores del Ucayali; para llegar á él se entra por el caño Sahuaya, se atraviesa una laguna como de una legua, llena de maleza, y luego se sube por la quebrada Chunúya, ó bien se va por tierra, empleando en todo esto un dia desde Sarayacu, en tiempo de creciente, y un poco mas cuando el rio está bajo. El reverendo padre Fr. Baltasar Zapater, cura conversor de este pueblo por espacio de algunos años, viéndose en el de 1822 sin recursos ni esperanzas de tenerlos, se fué por el Marañon al Brasil, quedando abandonada esta mision.

Conociendo el colegio de Ocopa que la nacion de los Piros era muy numerosa, y que sin embargo eran muy pocos los que paraban de asiento en su pueblo de Nuestra Señora del Pilar de Buepo-ano, pensó en fundarles una reduccion en su propio país, y despues de haber observado los inconvenientes que se ofrecian por la enorme distancia que me

dia, formó el proyecto de abrir una nueva comunicacion á las misiones por el rio Tambo, dejando por demasiado larga la del Huallaga. Con esto no solo se facilitaba una comunicacion casi contínua con los Piros, pudiéndose fundar varios pueblos en su propio país, sino que tambien se contribuia á realizar las esperanzas, que siempre conservaron los misioneros de Ocopa, de reconquistar las misiones del Pajonal, Cerro de la Sal y Sonomoro, perdidas en 1742 por la sublevacion de Santos Atahuallpa. Para realizar este proyecto, se dispusieron dos expediciones, una que subiera por el Ucayali introduciéndose por el rio Tambo, y otra que saliese de Andamarca bajando por el Pangoa en busca del antiguo embarcadero de Jesús Maria, uno de los pueblos perdidos en el referido alzamiento. Efectuadas ambas expediciones con aprobacion del gobierno de Lima, se encontraron felizmente en la mitad del rio Tambo por el mes de junio de 1815. Desde entonces se empezó el rozo, habiendo reunido el Padre Prefecto Fr. Manuel Plaza, mas de ciento treinta familias de Piros para la nueva fundacion de Santa Rosa, llamada vulgarmente Lima Rosa, la cual se halla situada á los 10° y 30' de latitud, 303° y 40' de longitud, cerca de la confluencia del Tambo con el Paru ó Urubamba, necesitándose para llegar allí desde Sarayacu de treinta y cincoá cuarenta dias.

Para apoyar esta carrera era necesaria una fortificacion cerca del rio Pangoa, y á este efecto concedió el gobierno de Lima las tres pequeñas guarniciones de Uchubamba, Comas y Andamarca, y dos mil pesos para construir en dicho punto el fuerte de San Buenaventura de Chavini, sobre las ruinas de la antigua mision de este nombre. Hállase este sítio á los 11° y 40' de latitud, y 302° y 24' de longitud, habiéndose trabajado en su establecimiento desde el mes de Octubre del mismo año 1815. Desde entonces hasta la retirada de los misioneros por la Independencia, se echó mano de todos los arbitrios posibles á fin de poner expedita esta carrera, con cuyo objeto se organizó una expedicion anual

que salia de Sarayacu hasta el mencionado punto de Chavini, conduciendo de paso la remesa que antes se acostumbraba mandar por el Huallaga, expuesta á los contínuos peligros que ofrecen los muchos raudales y estrechos pasos de este rio. Esta expedicion debia haber servido para familiaizar á los misioneros, con los Campas del Schanscha-mayo, que á pesar de las diligencias de nuestro gobierno, y de los armeños desde el año 1847 hasta ahora para amansarlos, se manifiestan demasiadamente bravos todavía. El tiempo que e empleaba en la navegacion desde Sarayacu hasta el exresado puerto de Jesús Maria era de un mes y medio, haéndose despues por tierra, dia y medio de viaje, desde este uerto hasta Pangoa; á la vuelta solo se tardaba quince dias ara ir á Sarayacu. Siete veces se hizo este viaje, siendo el Itimo en el año 1820, y en ninguno de ellos fueron molesdos los expedicionarios por los indios del Cerro de la Sal.

CAPITULO V.

Estado de las misiones hasta la proclamacion de la
independencia del Perú.

1

Cuando todo parecia augurar un magnífico por venir las misiones del Ucayali, segun se ha visto en el capítul anterior, muy próximo se hallaba para ellas la época d contradiccion. Por lo mismo que eran una obra animad del espíritu de Jesucristo, no debian quedar exentas de la rudas pruebas y embates que caracterizan la vida y las obra de nuestro divino Maestro.

Los trastornos políticos de Europa, las disposiciones die tadas por un prelado, cuyos intereses mas bien parecia qu debian aconsejarle fomentar las misiones, que no el ponerle obstáculos, y por último, la guerra de la independencia de Perú, fueron las causas que detuvieron los progresos d nuestras misiones, haciendo que quedaran por algun tiemp casi enteramente abandonadas.

Considerando el Prelado de Ocopa y su. Discretorio, qu por las contínuas entradas y salidas de la montaña que lo misioneros habian de hacer para Huánuco, tenian necesida de un local que proporcionase habitacion para descansa los Padres conversores, y restablecerse en la salud los qu lo necesitasen, en 1802 pidieron para hospicio el convent de San Bernardino de dicha ciudad, perteneciente entonce á la provincia de los doce Apóstoles de Lima, el que co

« ÖncekiDevam »