Sayfadaki görseller
PDF
ePub

Cantero, sobre adolecer en parte de los mismos defectos, emplea los dos primeros tomos en instrucciones y reglas para formar predicadores al gusto de aquel tiempo, y el tercero, en que se contrae á su principal propósito, es tan oscuro, confuso é irresoluto, dice Covian, que apenas se puede descubrir la verdad. Un largo catálogo podria formar de multitud de otros escritos. sobre párrocos, que en diferentes épocas han visto la luz pública: lo omito, sin embargo, ya porque son antiguos y carecen por consiguiente de las nuevas decisiones, que como se ha dicho, han derramado tan abundante luz en la materia, como porque son poco nada conocidos entre nosotros.

Hay sin embargo, dos obritas que son harto comunes, y merecen especial mencion. La primera dada á luz á fines del siglo pasado por el presbítero Damian Sumalla, y publicada en Barcelona con el título de Florilegium parochorum. La segunda, titulada Manual de curas, ó breve compendio del ministerio parroquial, publicada en Granada año de 1815 por el párroco don Antonio Covian. Ambas son ciertamente recomendables, tanto por el método, concision y claridad con que están escritas, como porque sus autores han tenido á la vista las decisiones canónicas mas recientes sobre el objeto de ellas; con un poco de mas estension ó sin la escesiva parsimonia á que se ciñeron sus esclarecidos editores, particularmente en lo relativo á la administracion de los sacramentos, hubieran sido ambas de tanto mayor mérito y aprecio para los párrocos.

Pero despues de todo, y cualquiera que sea el mérito de las obras mencionadas, y de las demas que sobre el mismo asunto se han publicado, deploramos en América la falta de un escrito de esa clase, adoptado á las circunstancias peculiares de las diócesis americanas, y

redactado en conformidad con ellas y con las reglas canónicas y civiles que en consecuencia han sido dictadas para el mejor desempeño del ministerio parroquial.

Nos hace falta, decimos, un escrito, que á mas de compilar esas reglas y estatutos peculiares á los párrocos americanos, acomode á nuestras localidades, usos, costumbres y demas circunstancias las doctrinas generales sobre atribuciones y deberes de los párrocos. La única obra de esta clase, titulada Itinerario para párrocos de Indias, publicada á mediados del siglo xvii por el señor don Alonso de Peña Montenegro, obispo de Quito, si bien abunda en decisiones canónicas y doctrinas teológicas aplicadas con mas ó menos acierto á las necesidades de la Iglesia americana, conteniendo tambien los mas importantes decretos de los concilios provinciales Limenses, hállase plagada en la parte moral de multitud de opiniones laxas, partos del probabilismo que en esa época estaba en boga, muchas de las cuales fueron posteriormente condenadas por decretos pontificios; á lo que se agrega la circunstancia de haber sido escrita esclusivamente para la direccion de los párrocos que administran doctrinas de indios, como lo demuestra el título mismo de la obra.

En el largo tiempo que tuve la honra de desempeñar el ministerio de cura y vicario de la ciudad de San Agustin de Talca, me convencí mas y mas de la necesidad de un escrito tal cual le he indicado. Veíame á cada paso embarazado en la espedicion del ministerio, y obligado á consultar con gran trabajo multitud de obras diferentes, sin encontrar muchas veces resoluciones satisfactorias. Apliquéme entonces á hacer algunos apuntamientos á donde poder ocurrir en los casos difíciles; trabajo que continué despues en esta capital con el mismo objeto, y para ponerme en aptitud de responder á

las consultas que me dirigian algunos párrocos amigos mios. Lo imperfecto y defectuoso de este escrito, redactado á la ligera en los ratos de ocio que me dejaban libres las multiplicadas ocupaciones que sobre mí pesan, me alejaban toda idea de ofrecerlo al público : vencieron al fin mi resistencia las repetidas instancias y poderosas reflexiones de eclesiásticos respetables, y mas que todo, la continua insistencia de un miembro distinguido del gobierno, acreedor á mi mayor respeto y deferencia.

En cuanto al fondo de esta obra, diré que en los diez y nueve capítulos que la dividen, al paso que ofrezco al párroco americano importantes instrucciones en lo relativo á la naturaleza, estension y límites de sus facultades, le doy un resúmen de decisiones y doctrinas canónico-teológicas, para la recta administracion de los sacramentos y otros oficios espirituales, deteniéndome á la vez en obsequio de los párrocos jóvenes, en detalles minuciosos y formularios que le dirijan en las principales funciones del ministerio. Para complemento de la obra, he creido deberle agregar dos apéndices, el uno sobre testamentos, materia en que tan interesante es la instruccion del párroco, y el otro acerca de los privilegios de la bula de la Cruzada y el indulto de

carnes.

Puedo asegurar al lector que nada he omitido para el buen acierto en las resoluciones y doctrinas que produzco. He consultado los mas clásicos teólogos y canonistas, como es fácil advertirlo; y en las cuestiones difíciles he registrado á la vez hasta veinte ó mas autores. Alguna luz me han ministrado en ciertos puntos los escritos sobre párrocos arriba mencionados; y entre los teólogos y canonistas, he dado regularmente la preferencia al inmortal Benedicto XIV, á san Ligorio y al

moderno Bouvier, cuyas obras he tenido constantemente á la vista; y particularmente la teología del último, de la que he estraido á veces artículos casi enteros en la parte relativa á los sacramentos.

Como he deseado que este escrito sea particularmente útil á los párrocos de la Iglesia Chilena, he aludido con frecuencia á nuestras prácticas, usos y costumbres recibidas, he impugnado abusos reprensibles, y recordado sin cesar las sábias constituciones y decretos de los sínodos del pais, cuyas provisiones jamás deben olvidar nuestros párrocos, para restaurar y sostener con todos sus esfuerzos su saludable observancia. He debido, sin embargo, guardar silencio sobre un punto interesantísimo, cual es la materia de aranceles de derechos parroquiales; porque los que hasta ahora han sido publicados por diferentes prelados, á escepcion del antiguo del sínodo del señor Alday, que es inaplicable en su mayor parte á nuestras actuales circunstancias, carecen de los requisitos legales que debieron acompañarlos para que obtuviesen fuerza obligatoria; razon por la cual no hay una regla invariable á que atenerse en asunto de tan alta importancia. El supremo gobierno ha comprendido debidamente cuánto importa llenará la mayor brevedad este inmenso vacío, y con la autorizacion que ya ha recibido de las cámaras, se prepara á dictar los aranceles que deben regir en las diócesis del pais, oyendo para el mejor acierto el dictámen de los respectivos prelados. Tan luego como se haya dado la ley que los fije y determine definitivamente, los publicaré por via de apéndice á este escrito, con el conveniente comentario esplicatorio de todos sus pormenores.

Con respecto al estilo, 'solo diré que en nada mas he pensado que en hacerme entender de todos por la sencillez y claridad, lo que me ha obligado á la vez á ser

redundante y menos correcto. Por lo demas, no seria justo que los lectores buscasen en esta clase de producciones lo esmerado de la elocucion, y menos las flores de la elocuencia.

Conozco tambien que la naturaleza de este escrito no es ciertamente á proposito para captarse el aura popular; ni por otra parte lo creo en su línea tan cumplido y sin defectos, que no me reconozca obligado á implorar la indulgencia de los lectores, de quienes espero disculpen mi temeridad, con la pureza y rectitud de mi intencion protestando al mismo tiempo acoger con la mayor complacencia las advertencias que se me hagan, y retractar cualquiera de las opiniones que emito, tan luego como una moderada y juiciosa crítica me demuestre su inexactitud ó improbabilidad.

Puedo, sin embargo, lisonjearme que este ensayo, á pesar de sus defectos, sea de algun provecho al menos para nuestros párrocos jóvenes, que sin la preparacion y prácticas necesarias, y sin poder contar con las obras que necesitarian para su mas abundante instruccion, desempeñan tan dificil como penoso cargo: los eclesiásticos en general hallarán tambien en él útiles conocimientos para el ejercicio del ministerio; y todas las personas, de cualquier estado y condicion, reglas y doctrinas para la direccion de sus acciones. ¡ Feliz yo, si lograse tambien por este medio estimular el estudio de la ciencia pastoral, y mover á otras plumas mejor cortadas que la mia, á arrostrar la árdua empresa de perfeccionar un trabajo que solo he podido comenzar !

« ÖncekiDevam »