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de las iglesias y beneficios; moderando en caso necesario, Ŏ aumentando todas y cada una de las cosas mencionadas, que parecieren necesarias y conducentes al próspero adelantamiento de este seminario.

Asignacion de la Sesion siguiente.

Indica ademas el mismo sacrosanto Concilio de Trento la Sesion próxima que se ha de tener, para el dia 16 del mes de setiembre; en la que se tratará del sacramento del Matrimonio, y de los demas puntos que puedan resolverse, si ocurrieren algunos pertenecientes á la doctrina de la fe: y ademas de esto tratará de las provisiones de los Obispados, dignidades, y otros beneficios eclesiásticos, y de diferentes artículos de reforma.

Prorrogose la Sesion al 11 de noviembre de 1563.

SESION XXIV.

Que es la VIII celebrada en tiempo del sumo Pontífice Pio IV en 11 de noviembre de 1563.

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Doctrina sobre el sacramento del Matrimonio.

L primer padre del humano linage declaró, inspirado

rit, moderando, aut augendo, omnia, et singula, quæ ad felicem hujus seminarii profectum necessaria, et opportuna videbuntur, decernere, ac providere valeat.

Indictio futuræ Sessionis.

Insuper, eadem sacrosancta Tridentina Synodus proximam futuram Sessionem in diem decimam sextam mensis septembris indicit: in qua agetur de sacramento Matrimonii, et de aliis, si qua erunt ad doctrinam fidei pertinentia, quæ expediri possint: item de provisionibus Episcopatuum, dignitatum, aliorumque benficiorum ecclesiasticorum, ac de diversis reformationis articulis.

Prorogata fuit Sessio ad diem XI. novemb. M. D. LXIII.

SESSIO XXIV.

Quæ est VIII. sub Pio IV. Pont. Max. celebrata die xi. novemb.

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ATRIMONII perpetum, indisolubilemque nexum primus humani

por el Espíritu santo, que el vínculo del Matrimonio es perpetuo é indisoluble, cuando dijo: Ya es este hueso de mis huesos, y carne de mis carnes; por esta causa, dejará el hombre á su padre y á su madre, y se unirá á su muger, y serán dos en solo un cuerpo (Genes. I. Ephes. 5.). Aun mas abiertamente enseñó Cristo nuestro señor que se unen, y juntan con este vínculo dos personas solamente, cuando refiriendo aquellas últimas palabras como pronunciadas por Dios, dijo: Y así ya no son dos, sino una carne (Matth. 19.); é inmediatamente confirmó la seguridad de este vínculo (declarada tanto tiempo ántes por Adan) con estas palabras: Pues lo que Dios unió, no lo separe el hombre. El mismo Cristo, autor que estableció y llevó á su perfeccion los venerables Sacramentos, nos mereció con su pasion la gracia con que se habia de perfeccionar aquel amor natural, confirmar su indisolnble union, y santificar á los consortes. Esto insinúa el Apostol san Pablo cuando dice: Hombres, amad vuestras mugeres, como Cristo amó á su Iglesia, y se entregó á sí mismo por ella (Ephes. 5.); añadiendo inmediatamente Este sacramento es grande; quiero decir : Cristo y en la Iglesia. Pues como en la ley Evangélica tenga el Matrimonio su escelencia respecto de los casamientos antiguos, por la gracia que Jesucristo nos adquirió; con razon enseñaron siempre nuestros santos Padres, los concilios, y la tradicion de la Iglesia universal, que se debe contar entre los Sacramentos de la nueva ley. Mas enfurecidos

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en

generis parens divini spiritus instinctu pronuntiavit, cùm dixit : Hoc nunc os ex ossibus meis, et caro de carne mea: quamobrem relinquet homo patrem suum, et matrem ; et adhærebit uxorem suæ et erunt duo in carne una. Hoc autem vinculo duos tantummodo copulari, et conjungi, Christus Dominus apertiùs docuit, cùm postrema illa verba, tamquam à Deo prolata referens dixit: Itaque jam non sunt duo, sed una caro: statimque ejusdem nexus firmitatem, ab Adamo tantò ante pronuntiatam, his verbis confirmavit: Quod ergò Deus conjunxit, homo non separet. Gratiam verò, quæ naturalem illum amorem perficeret, et indisolubilem unitatem confirmaret, conjugesque sanctificaret, ipse Chistus, venerabilium Sacramentorum institutor, atque perfector, sua nobis passione promeruit. Quod Paulus Apostolus innuit dicens; Viri, diligite uxores vestras, sicut Christus dilexit Ecclesiam, et seipsum tradidit pro ea; mox subjunges: Sacramentum hoc magnum est: Ego autem dico in Christo, et in Ecclesia. Cùm igitur Matrimonium in lege Evangelica veteribus connubiis per Christum gratia præstet; meritò inter novæ legis Sacramenta annumerandum, sancti Patres nostri, concilia, et univesalis Ecclesiæ traditio semper docuerunt: ad

contra esta tradicion hombres impíos de este siglo, no solo han sentido mal de este Sacramento venerable, sino que introduciendo, segun su costumbre, la libertad carnal con pretesto del Evangelio, han adoptado por escrito, y de palabra muchos asertos contrarios á lo que siente la iglesia católica, y á la costumbre aprobada desde los tiempos Apostólicos, con gravísimo detrimento de los fieles cristianos. Y deseando el santo Concilio oponerse á su temeridad, ha resuelto esterminar las heregías y errores mas sobresalientes de los mencionados cismáticos, para que su pernicioso contagio no inficione á otros, decretando los anatemas siguientes contra los mismos hereges y sus errores.

Del sacramento del Matrimonio.

CAN. I. Si alguno dijere, que el Matrimonio no es verdadera y propiamente uno de los siete sacramentos de la ley Evangélica, instituido por Cristo nuestro señor (Matth. 19, Marc. 10. Ephes. 5.), sino inventado por los hombres en la Iglesia; y que no confiere gracia; sea escomulgado.

CAN. II. Si alguno dijere, que es lícito á los cristianos (Matth. 13.) tener á un mismo tiempo muchas mugeres, y que esto no está prohibido por ninguna ley divina; sea escomulgado.

CAN. III. Si alguno dijere, que solo aquellos grados de

versùs quam impii homines hujus sæculi insanientes, non solùm perperam de hoc venerabili Sacramento senserunt, sed de more suo prætextu Evangelii libertatem carnis introducentes, multa ab Ecclesiæ catholicæ sensu, et ab Apostolorum temporibus probata consuetudine aliena, scripto, et verbo asseruerunt, non sine magna Christi fidelium jactura: quorum temeritati sancta, et universalis Synodus cupiens occurrere, insigniores prædictorum schismaticorum hæreses, et errores, ne plures ad se trahat perniciosa eorum contagio, exterminandos duxit, hos in ipsos hæreticos, eorumque errores decernens anathematismos.

De sacramento Matrimonii.

Can. 1. Si quis dixerit, Matrimonium non esse verè, et propriè unum ex septem legis Evangelicæ Sacramentis à Christo Domino institutum, sed ab hominibus in Ecclesia inventum ; neque gratiam conferre ; anathema sit.

CAN. II. Si quis dixerit, licere christianis plures simul habere uxores, et hoc nulla lege divina esse prohibitum; anathema sit. CAN. III. Si quis dixerit, eos tantùm consanguinitatis, et affini

consanguinidad y afinidad (Levit. 48.) que se espresan en el Levítico, pueden impedir el contraer Matrimonio, y dirimir el contraido; y que no puede la Iglesia dispensar en algunos de aquellos, ó establecer que otros muchos impidan y diriman; sea escomulgado.

CAN. IV. Si alguno dijere (Matth. 16. 1. Cor. 4. ), que la Iglesia no pudo establecer impedimentos dirimentes del Matrimonio, o que erró en establecerlos; sea escomulgado.

CAN. V. Si alguno dijere, que se puede disolver el vínculo del Matrimonio por la heregia, ó cohabitacion molesta, ó ausencia afectada del consorte; sea escomulgado.

CAN. VI. Si alguno dijere, que el Matrimonio rato, mas no consumado, no se dirime por los votos solemnes de religion de uno de los dos consortes; sea escomulgado.,

CAN. VII. Si alguno dijere, que la Iglesia yerra cuando ha enseñado y enseña, segun la doctrina del Evangelio y de los Apóstoles, que no se puede disolver el vínculo del Matrimonio por el adulterio de uno de los dos consortes (Matth. 9. Luca. 10. 1. Cor. 7.); y cuando enseña que ninguno de los dos, ni aun el inocente que no dió motivo al adulterio, puede contraer otro Matrimonio viviendo el otro consorte; y que cae en fornicacion el que se casare con otra dejada la primera por adultera, ó la que dejando al adultero, se casare con otro; sea escomulgado.

CAN. VIII. Si alguno dijere, que yerra la Iglesia cuando

tatis gradus, qui Levitico exprimuntur, posse impedire Matrimonium contrahendum, et dirimere contractum; nec posse Ecclesiam in nonnullis illorum dispensare, aut constituere, ut plures impediant, et dirimant; anathema sit.

CAN. IV. Si quis dixerit Ecclesiam non potuisse constituere impedimenta, matrimonium dirimentia, vel in iis constituendis errasse; anathema sit.

CAN. V. Si quis dixerit, propter hæresim, aut molestam cohabitationem, aut affectatam absentiam à conjuge, dissolvi posse Matrimonii vinculum; anathema sit.

CAN. VI. Si quis dixerit, Matrimonium ratum, non consummatum, per solemnem religionis professionem alterius conjugum non dirimi; anathema sit.

CAN. VII. Si quis dixerit, Ecclesiam errare, cùm docuit et docet, juxta Evangelicam, et Apostolicam doctrinam, propter adulterium alterius conjugum Matrimonii vinculum non posse disolvi; et utrumque, vel etiam innocentem, qui causam adulterio non dedit, non posse, altero conjuge vivente, aliud Matrimonium contrahere; mocharique eum, qui, dimissa adultera, aliam duxerit, et eam, quæ, dimisso adultero, alii nupserit; anathema sit.

decreta que se puede hacer por muchas causas la separacion del lecho, ó de la cohabitacion entre los casados por tiempo determinado ó indeterminado; sea escomulgado.

CAN. IX. Si alguno dijere, que los clérigos ordenados de mayores órdenes, ó los Regulares que han hecho profesion solemne de castidad (Cart. IV. c. 104. et Matiscon. Ì. c. 12.), pueden contraer Matrimonio; y que es válido el que hayan contraido sin que les obste la ley Eclesiástica, ni el voto; y que lo contrarío no es mas que condenar el Matrimonio; y que pueden contraerlo todos los que conocen que no tienen el don de la castidad, aunque la hayan prometido por voto, sea escomulgado: pues es constante que Dios no lo rehusa á los que debidamente le piden este don, ni tampoco permite que seamos tentados mas de lo que podemos (1. Cor. 10.).

CAN. X. Si algun dijere, que el estado del Matrimonio debe preferirse al estado de virginidad ó de celibato; y que no es mejor (Matth. 9. 1. Cor. 7.), ni mas feliz mantenerse en la virginidad ó celibato, que casarse; sea escomulgado. CAN. XI. Si alguno dijere, que la prohibicion de celebrar nupcias solemnes en ciertos tiempos del año, es una supersticion tiránica, dimanada de la supersticion de los gentiles; ó condenare las bendiciones y otras ceremonias que usa la Iglesia en los Matrimonios; sea escomulgado.

CAN. XII. Si alguno dijere, que las causas matrimoniales no pertenecen á los jueces eclesiásticos; sea escomulgado.

CAN. VIII. Si quis dixerit, Ecclesiam errare, cum ob multas causas separationem inter conjuges, quoad thorum, seu quoad cohabitationem, ad certum, incertumve tempus fieri posse decernit ; anathema sit.

CÁN. IX. Si quis dixerit, clericos in sacris ordinibus constitutos, vel Regulares, castitatem solemniter professos, posse Matrimonium contrahere, contractumque validum esse, non obstante lege Ecclesiastica, vel voto et oppositum nil aliud esse, quam damnare Matrimonium; posseque omnes contrahere Matrimonium, qui non sentiunt se castitatis, etiamsi eam voverint, habere donum; anathema sit: cùm Deus id rectè petentibus non deneget, nec patiatur, nos supra id quod possumus tentari.

CAN. X. Si quis dixerit, statum conjugalem anteponendum esse statuit virginitatis, vel cœlibatus; et non esse melius, ac beatius, manere in virginitate, aut cœlibatu, quàm jungi Matrimonio ; anathema sit.

CAN. XI. Si quis dixerit, prohibitionem solemnitatis nuptiarum certis anni temporibus superstitionem esse tyrannicam, ab ethnicorum superstitione profectam; aut benedictiones, et alias cæremonias, quibus Ecclesia in illis utitur, damnaverit; anathema sit.

CAN. XII. Si quis dixerit, causas matrimoniales non spectare ad judices ecclesiasticos; anathema sit.

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