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Ofrecemos hoy á nuestros lectores la hermosa estampa que esta entrega contiene, y que representa el interior del templo de Santo Domingo de esta capital.

Acerca del mismo convento, hallamos en las antiguas crónicas las siguientes noticias:

"Los religiosos dominicos vinieron á fundar á Nueva España el año de 1526, al mismo tiempo y en la misma embarcacion que vino el Lic. Luis Ponce de Leon á succeder á Cortés en el gobierno de México: no se sabe á punto fijo el dia que entraron en México, pero el P. Fr. Antonio Remeral, en su Historia de Chiapa dice, que fué en el mes de Julio, é impugna la opinion de que fué en 24 de Junio como otros han dicho, y dice que fueron doce los primeros fundadores. Vinieron de España enviados por su general, que lo era el reverendo P. Fr. Silvestre de Ferrara; cinco de la provincia de Castilla, que fueron los PP. Fr. Tomas Ortiz, que vino de superior, Fr. Vicente de Santa Ana, Fr. Diego Soto Mayor, Fr. Pedro Santa María, y Fr. Justo de Santo Domingo. Los otros tres fueron de la provincia de Andalucía; Fr. Pedro Sambrano, Fr. Gonzalo Lucero, diácono, y Fr. Bartolomé de Salcedilla, lego. Ál pasar por la isla de Santo Domingo, con licencia que tenian de su general, sacaron de allí otros cuatro, que fueron, Fr. Domingo Betanzos, Fr. Diego Ramirez, Fr. Alonso de las Vírgenes, y Fr. Vicente de las Casas, novicio. Entraron en México el dia 23 de Junio de dicho año, y fueron á hospedarse al convento de San Francisco, donde se mantuvieron tres meses hasta Octubre del mismo año, que fueron al sitio que se les señaló para que fabricasen su convento, en una casa que estaba donde hoy es la Inquisicion, y allí fabricaron su primer convento; pero les probó tan mal el temperamento, que en menos de un año murieron cinco religiosos y enfermaron los demas, de suerte que el año siguiente de 1527, el vicario general Fr. Tomas Ortiz, que vino de superior, resolvió volverse á España, y con él otros tres religiosos; y despues, el año de 1528, pasó Fr. Tomas Ortiz con otra mision de veinte religiosos á Santa María, de órden del emperador, quien al año siguiente lo hizo obispo de allí, y fué el primero de aquella provincia: con esto solo quedaron en México tres, que fueron Fr. Domingo de Betanzos, Fr. Diego Lucero y Fr. Vicente de las Casas, y al referido Fr. Domingo de Betanzos no solo la fundacion de este convento, sino de toda la provincia de Goatemala se le debe. Mantuviéronse los religiosos en este sitio hasta el año de 1530. El gobernador Juan Alonso de Estrada les señaló y dió el de la esquina de enfrente donde hoy están, y allí labraron su convento á costa de la real hacienda, cuya iglesia se dedicó el año de 1575, y el año de 1590, á 8 de Diciembre, la consagró el Sr. D. Fr. Alonso de Guerra, religioso de la misma órden, y obispo de Mechoacan: pero despues, como la iglesia y convento, por lo cenagoso del sitio estaban tan maltratados y hundidos, el dia 6 de Julio de 1716, se anegó de suerte la iglesia y oficinas bajas del convento, que le fué preciso al provincial, que lo era á la sazon Fr. Francisco

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Litog.de Decaen.

INTERIOR DE LA IGLESIA DEL CONVENTO DE Sto DOMINGO.."

Aguirre, juntar sus padres á consejo, y fabricar nueva iglesia y convento, que con efecto se resolvió, y desde luego se comenzó con bastante ardencia, de suerte que en 3 de Agosto de 1736, se dedicó la nueva iglesia enteramente acabada, que es uno de los mas magníficos y suntuosos templos de la ciudad.

"Su situacion es de N. á S.; á este viento la puerta, y á aquel el altar mayor; tiene 6 capillas á la banda del P., y 5 á la del O., todas magníficamente adornadas, y la del Rosario puede servir de iglesia principal. Este convento es la cabeza de la provincia, la que como he dicho hizo independiente de la Santa Cruz de la Isla Española, que pretendia tenerla unida, el P. Fr. Domingo de Betanzos, fundador de ella, que el año de 153i pasó á España á este efecto, y consiguió dos bulas del Sr. Clemente VII, la una fecha en Roma á dos de Julio de 1532, y la otra en Bolonia, á 8 de Marzo de 1533, y patente de su general para erigirla en provincia, separada é independiente de la Santa Cruz de la Isla Española, y por haber llegado á México en 24 de Julio de 1533, víspera del apóstol Santiago, le tomaron por su patrono, y se intituló la Provincia de Santiago de México, órden de predica

dores."

Agregarémos á estas noticias que la iglesia fué reparada en el siglo anterior con el costo de mas de doscientos mil pesos; quedando bendecida el 2 de Agosto de 1736. La capilla del Rosario se bendijo primitivamente el 28 de Enero de 1690, dedicándose el dia siguiente. El claustro se bendijo en 29 de Setiembre de 1692.

El templo es uno de los mas grandiosos de México, y tanto en su interior como en los claustros, contiene pinturas de nuestro eminente artista Cabrera, que llamaron la atencion del Conde Beltrami durante su residencia en este pais.

México, Enero de 1857.

LA CRUZ Y LA ESPADA.

Narraciones de la guerra de Oriente.-Campañas de 1854 y 1855.

(CONTINUA.)

CAPITULO QUINTO.

Soldados, capellanes y hermanas de la Caridad.

El campamento de Varna era mucho mas numeroso que el de Gallípoli, y en proporcion lo hirió mas cruelmente la peste. Cada una de las cuatro divisiones debia tener su hospital. El mariscal Saint-Arnaud habia pedido hermanas de la Caridad. Diez de las religiosas establecidas en Constantinopla respondieron inmediatamente á su primer llamado. Dos lazaristas las acompañaban: el padre Boret, prefecto apostólico de la congregacion, y el padre Regnier. El R. P. Paravere, cape

llan en gefe, que ya contaba dos enfermos entre sus auxiliares, recibió con alegría tan preciado socorro. Cuando las religiosas entraron al hospital mayor, un soldado, haciéndose intérprete de los sentimientos de los demas, esclamó: "Ya no morirémos, puesto que tenemos hermanas." ¡Con qué respeto repetian el nombre de hermana y cuánto alivio daba á sus males esta confianza sola!

I.

Un cristiano ferviente que habita en Constantinopla, ha dado en las siguientes páginas una reseña de la mision desempeñada por las hermanas. 1

"Trátase de nuestros soldados y hermanas. Sea en buena hora; pero, al dividir el asunto, conozco que se ligan de tal modo sus dos partes, que verdaderamente se las puede unir muy bien. Y, desde luego, ¿no son unos y otras hijos de una misma patria, alimentados con las mismas ideas, y en el fondo teniendo una fé misma y una misma abnegacion? Unos y otras lo han dejado todo en virtud de la obediencia y combaten contra el mismo adversario, aunque sean distintas sus

armas.

"Los soldados abrigan tal simpatía hacia las hijas de la Caridad, que, al verlas llegar á los hospitales en que el cólera les diezmaba, su primera esclamanion fué: "No morirémos ya, puesto que tenemos á las hermanas." Tal grito, salido del corazon, se reproducia por medio de otras reflexiones como ésta: "¡Ah hermana mia! ¡Cómo me recordais á mi madre!" y de este modo un moribundo anunciaba que se habia consolado, ó bien que cedia á las dulces y santas exhortaciones para que atendiese al interes de su alma. Un momento así aprovechaba la hermana para sacar de su faltriquera la medalla de María Inmaculada y colgarla al cuello del enfermo. Las almas cogidas en estas redes son innumerables, y aun á soldado ninguno se le vió rechazarlas. Todos ellos, cuando no tenian la medalla, la solicitaban y recibian con agradecimiento. Más de un moribundo, que ya no podia responder al llamado del sacerdote y de quien éste último deseaba saber si habia recibido los sacramentos-sacaba con su helada mano la medalla suspendida á su cuello y la enseñaba para que se comprendiese que con ella le habian venido todos los bienes.

"Hablo aquí principalmente de las escenas del cólera y de las víctimas de este azote misericordioso, por mas que no parezca ser sino el ejecutor de la justicia divina. ¡Cómo ha llegado á tiempo para despertar la fé en las almas que la habian dejado adormecerse, y para aumentarla ó fortificarla en aquellas otras que poseian tal dón de Dios!

1 Esta carta está copiada testualmente del capítulo 20o, de la obra "la Iglesia, la Francia y el cisma en Oriente." Repetimos que no es esto lo único que hemos copiado. El asunto de que nos ocupamos esclusivamente, no constituye sino un detalle de la citada obra, puesto que en ella no ocupa mas que un capítulo entre veintidos. Nuestra obra está casi esclusivamente consagrada á los hechos religiosos, en tanto que "la Iglesia, la Francia y el cisma en Oriente" se ocupa de todas las cuestiones históricas, políticas y religiosas indicadas por el título.

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