DE LA RELIGION. Clama, ne cesses, quasi tuba exaltá Isaia cap. LVIII, vers. I. Epoca quinta. TOMO I. MADRID. 1841. Imprenta calle del Humilladero, núm. 14. Con grandes esperanzas de restauracion religiosa empezamos, hace hoy un año, nuestra cuarta época; pero maldito el hombre que fia en el hombre. Fiábamos en los que parecian moderados, y son hipócritas; en los que se decian desengañados, y era para engañar mas á su salvo; en los que habian ganado los sufragios del clero y con ellos los altos puestos, los escaños de las Cortes y Senado, las poltronas ministeriales, los destinos lucrativos los.... dineros y sudores de todos los españoles y todo; y todo fue para apretar el dogal mas á su placer y sin resistencia al pobre y candoroso clero. Recompensa propia de almas tan bajas! Hoy tenemos mas esperanzas, no solo de res 402 tauracion, sí de triunfo completo, porque fiamos en Dios, que nos lo ha de dar despues de la lucha. Críticas son las circunstancias; época fatal; temores, sospechas, dudas, ansiedades y todas fundadas; mas hemos de triunfar. La España tiene fe; no la ha perdido ni la perderá. Mas falta una prueba para que el inundo se desengañe, y en ella estamos ya. Firmeza, valor, fuera temores, que Dios pelea con nosotros y no puede sucumbir. Si libertad de cultos, libres hemos de ser católicos; si persecucion al catolicismo, católicos seamos porque somos libres; una de dos, ó España pierde la libertad ó ha de ser católica; y aun esclava católica será. Si ateismo, seremos católicos porque somos racionales é ilustrados, y el ateo es salvaje y hestia; con que ό hemos de ser católicos ó salvajes; y aun siendo esto los que lo quieran, nosotros católicos seremos, pues nadie nos puede llevar al salvajismo sin nosotros querer. Si cisma y divorcio con la silla de Pedro, scánlo y háganlo los que quieran; los españoles no, pues somos católicos y romanos; no hay ni reconocemos ni reconocer otro catolicismo. queremos y He aqui las armas, he aqui el combate, he aqui el medio de triunfar. Los argumentos de nuestros enemigos ya los sabemos; la fuerza la mentecatez; pues contra la fuerza la fuerza de la razon, la verdad y la constancia; contra la locura la sensatez, la union de sentimientos el valor invicto. Si invicto, pues jamás los tiranos de la Religion vencieron á los mártires. Despues de sus barbáries ellos sucumbieron con ig y nominia eterna, y la Religion quedó tan pura como antes. Recuérdese el programa aquel.... Recuérdense tantos hechos y dichos.... tantos públicos deseos, tendencias y testimonios.... pues bien, eso, eso mismo es. No nos coge de susto; ya lo sabíamos. Veremos á los hombres de la caridad evangélica batirse con los que acaso, acaso los. quieren al parecer para que les hayan servido y sirvan de andamio para llegar á otra cosa: ¡ojalá que los veamos vencidos por sus mismos amigos y que vean quien los amaba mas, si nosotros que les tirábamos de la rienda, ó los que les dejaban sueltos. Pero entonces no lo estrañaremos tampoco, entonces trasmigrarán á lo que quiera que sea. Hoy jansenista, mañana mason, pasado republicano y al otro ateo, eh? Españoles, esta es la gente de que se compone el ejército contrario. Mas sabed que son pocos y cobardes; pocos, pues ellos mismos no saben con quien cuentan, porque estan divididos y lo que son hoy no lo son mañana; cobardes porque cargados de delitos se temen hasta á sí mismos, á su propia conciencia. Asi firme con ellos; que ó se rindan á discrecion, ó den gloria á Dios y á la verdad. Cada párroco en su Iglesia, cada sacerdote en su lugar, cada fiel en su casa y en las de los amigos prediquen, instruyan, prevengan los peligros, exorten al valor, piensen y apresten los medios para vencer, y vencerán. Que no se burlen ya mas de nosotros, que se marchen desengañados de que en España no ha de faltar la |