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el nicho que está encima de la pila de la derecha, es obra de Felipe Valle. La de San Pedro de Alcántara, que está enfrente sobre la pila de la izquierda, es de Francisco Vergara. La estatua de San Vicente de Paul, colocada en el segundo nicho de la derecha, es de Pedro Bracci, y la de San Camilo de Lelis, que se halla enfrente, es de Pedro Pacilli. En el tercer nicho, á la derecha, está la estatua de San Felipe Neri, esculpida por Juan Bautista Marini, y enfrente, colocada simétricamente, está la de San Ignacio, de José Rusconi.

Al estremo de la gran nave, delante del pilar de la cúpula, á la derecha, bajo un pabellon y sobre un pedestal hecho con preciosos mármoles, se ve una estatua de San Pedro, en bronce. Aparece sentado, y adelanta uno de sus pies, que los fieles besan con veneracion. Fue colocada en esta iglesia por el Papa San Leon I. En los tiempos modernos se ha inventado la fábula grosera de que esta estatua fue hecha para representar á Júpiter, y añadiendo que es idéntica al Júpiter del Capitolio. Es necesario ser muy ignorante en el arte y en la historia para admitir esta fábula, porque la estatua de Júpiter existia en el tiempo de Domiciano, y esta, en todos sus detalles, parece ser del siglo v. Esta es de oro macizo, y aquella es de bronce y de una fundicion muy semejante á la que se usaba en los antiguos tiempos. Desde luego se comprende que, en los momentos en que se trataba de destruir el paganismo, no es creible que se espusiera á la veneracion de los fieles la imágen de la primera divinidad que adoraban los paganos. Es preciso confesar que tales invenciones son indignas de nuestro siglo. En fin, la estatua de San Francisco de Paula, que está colocada en el nicho de enfrente, es obra de Juan Bautista Maini.

Antes de examinar las capillas laterales de la iglesia, diremos algo acerca de la Confesion de San Pedro.

Confesion de San Pedro.

Se da este nombre á la tumba donde se conservan la mitad del cuerpo de este Santo Apóstol y del de San Pablo. La otra mitad del cuerpo de San Pedro se conserva en la iglesia de San Pablo. El Papa Paulo V hizo decorar esta Confesion, bajo los planos de Cárlos Maderno. Se halla rodeada de una balaustrada circular de mármol, donde se ven 112 lámparas constantemente encendidas, sostenidas por planchas de bronce dorado.

Se desciende por una doble escalera á la parte interior, que está adornada de mármoles preciosos. El Papa Pio VI, muerto en 1799, quiso ser enterrado cerca de la tumba de San Pedro; su cuerpo fue depositado en la Confesion en 1802. En 1822, Cánova hizo la estatua que le representa orando de rodillas delante del altar. Á los dos lados de la puerta, que es de bronce dorado, se ven las estatuas de San Pedro y San Pablo, del mismo metal, y cuatro soberbias columnas de alabastro. Por esta puerta se entra en un nicho oblongo, llamado propiamente la Confesion de San Pedro, porque es una parte del antiguo oratorio erigido por el Papa San Anacleto sobre la tumba del mismo Apóstol. En el fondo de este nicho se ve la imágen del Salvador, y las de San Pedro y San Pablo. El pavimento del nicho está cubierto con una plancha de bronce dorado, bajo la cual se conserva el cuerpo del Príncipe de los Apóstoles. Las dos rejas laterales, de hierro dorado, conducen á la antigua Basílica, hoy dia subterránea.

Altar mayor.

Encima de la Confesion, en un retablo majestuoso, y bajo la gran cúpula, se eleva sobre siete gradas el altar mayor, aislado y mirando hacia el Oriente, segun la antigua costumbre.

El retablo que decora este altar es del Papa Urbano VIII, que le hizo construir en 1633 sobre los planos de Bernino. Es de bronce dorado, y está sostenido por cuatro columnas de órden compuesto, de 34 pies de altura, y del mismo metal. Sobre estas columnas hay un entablamento, en cuyos ángulos se ven cuatro ángeles de pie, y cuatro altas repisas que, reuniéndose en el medio, sostienen un globo, sobre el cual está colocada una cruz. La altura total de este soberbio retablo es de 86 pies. Se empleó en esta obra el metal que el Papa Urbano VIII llevó del pórtico del Panteon. El dorado y la mano de obra costaron la suma de 535,000 francos.

Gran cúpula.

Esta cúpula es ciertamente la parte mas admirable de la Basílica. Como ya hemos dicho, Bramante fue el que concibió la gran idea de edificar la cúpula mas grande que ha tenido el mundo. Para sostenerla levantó cuatro enormes pilares de 206 pies de circunferencia, y armó los cuatro grandes arcos que se apoyan en estos pilares. Miguel Ángel, habiendo hecho nuevos proyectos para toda la iglesia, hizo el modelo de esta cúpula con tal arte y tal ingenio, que sobrepujó á los antiguos.

Tiene esta cúpula cerca de 130 pies de diámetro, es decir, cerca de dos pies menos que el del Panteon. Mas

debe advertirse que se halla á la altura de 166 pies, que es la altura de los cuatro pilares que la sostienen. Añádase á esto que la altura de esta cúpula hasta el ojo de la linterna es de 155 pies, mientras que la del Panteon no es sino de 132, y que encima está la linterna, que tiene 53 pies de alto; el pedestal de la bola, que tiene 89 y medio; la bola, que tiene 7 y medio de diámetro, sin contar la cruz, lo cual forma un conjunto de 426 pies de altura, mucho mayor que la del Panteon. Por lo tanto, es necesario tener en cuenta que la parte que escede en altura la cúpula del Panteon es enteramente accesoria, y que se pudo añadir fácilmente al Panteon; de manera que de esta circunstancia no se puede deducir ninguna consecuencia á favor ni contra la capacidad de los antiguos en la construccion de edificios. En cuanto al efecto, es necesario reconocer que la linterna y las partes que la coronan no deberian ser imitadas. De esta manera la altura del edificio, desde el pavimento de la iglesia hasta su estremidad, es de 426 pies. Debe advertirse, en fin, que esta cúpula es doble y por esto escede el mérito de su mecanismo al de los edificios antiguos), y que entre los dos muros hay escaleras para subir hasta la bola. La espesura de estos muros es de 22 pies.

El tambor de la cúpula está adornado con 32 pilastras corintias unidas, entre las cuales hay seis ventanas, y sostienen un entablamento sobre el que hay un zócalo, en el que comienza la concavidad de la cúpula, que se divide en seis compartimentos, adornados de escudos dorados y de mosáicos que representan ángeles, á Jesucristo, la Vírgen, los Apóstoles y otros Santos. Sobre la bóveda de la linterna se vê al Padre Eterno en mosáico, copiado del cuadro original del caballero D'Arpino. So

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bre los cuatro pilares y grandes arcos que sostienen la cúpula, hay un magnífico entablamento, sobre cuyo friso está trazado el testo del Evangelio: Tu es Petrus, et super hanc petram ædificabo Ecclesiam meam; el tibi dabò claves regni cœlorum.

Los cuatro Evangelistas que se ven sobre los pilares que sostienen la cúpula fueron hechos en mosáico, tomados de las pinturas de Vecchis y de César Nebbia. Cada uno de estos pilares está adornado de dos nichos, el uno encima del otro, segun los dibujos de Bernino. Los nichos superiores tienen la forma de balcones adornados de balaustradas y de dos columnas de mármol blanco colocadas á los lados. Estas columnas, con otras semejantes, sostenian en otros tiempos el retablo de la antigua Basílica de San Pedro. En estos nichos se guardan muchas reliquias, entre las que se cuentan como las mas preciosas las que están encima de la estatua de la Santa Verónica.

El Juéves y Viérnes Santo se presentan al pueblo estas reliquias, y en estos mismos dias se levanta delante de la Confesion de San Pedro una Cruz de 24 pies de alto, cubierta de 314 lámparas, teniendo cada una dos mecheros, que se encienden al anochecer. Esta cruz produce un efecto de claro-oscuro muy curioso, que atrae una gran concurrencia. Hace algunos años que la autoridad eclesiástica ha prohibido sabiamente esta iluminacion, porque los muchos curiosos que asisten se olvidan de que el objeto de esta costumbre es esponer la Cruz á la veneracion de los fieles en los dias mas venerables del año.

En los cuatro nichos de los pilares hay figuras colosales de mármol, de 15 pies de alto, y aluden á las reliquias de que acabamos de hacer mencion, y á la cabeza

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