concédenos que por la intercesion de la Bienaventurada y gloriosa Virgen María, Madre de Dios, de tus Bienaventurados Apóstoles San Pedro y San Pablo, lo que fielmente pedimos, eficazmente consigamos. Rogámoste, Señor, favorezcas el principio y continuacion de todas nuestras acciones, para que nuestra oracion y nuestras obras de Ti tengan orígen y en Ti concluyan. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina, en unidad del Espíritu Santo Dios, por todos los siglos de los siglos. El Pontifice se arrodillará, y dos cantores entonarán lo siguiente: ỳ. El Señor omnipotente y misericordioso nos oiga. R. Y sea siempre nuestra guarda. Así sea. En seguida marcharán todos á la Sala dispuesta para la celebracion del Concilio, y despues de haber ocupado todos los Padres el lugar que á cada uno corresponde, segun el órden de su dignidad patriarcal, primacial, archiepiscopal y episcopal, segun tambien la fecha de su promocion, Su Santidad dirá la confesion con el Emmo. y Rmo. Cardenal decano del Sacro Colegio, que ha de cantar la misa de la Inmaculada Concepcion de la Bienaventurada Virgen María, á la que se agregará la oracion De Spiritu Sancto. En la misa solemne se prestará obediencia á Nuestro Santísimo Padre, haciéndose todo lo demas segun costumbre. Luego que al fin de la misa haya dicho el Cardenal celebrante la oracion Placeat, el Obispo orador, llevando la mitra en la mano, se acercará al Trono pontificio, besará la rodilla derecha del Sumo Pontífice, le pedirá indulgencia, subirá al púlpito y pronunciará la ora TOMO III. 34 cion á los Padres, concluida la cual publicará la indulgencia. En seguida Su Santidad se quitará la mitra, se pondrá de pie delante de la cruz, y dirá: y. Bendito sea el nombre del Señor. R). Ahora y siempre, por los siglos de los siglos. y. Nuestro auxilio en el nombre del Señor. R. Que hizo el cielo y la tierra. y. Bendigaos Dios omnipotente, Pa+dre é Hi+jo y Espíritu Santo. R). Así sea. El Emmo. y Rmo. Sr. Cardenal celebrante se apartará con sus ministros, recitando el Evangelio de San Juan, y entre tanto el Sumo Pontífice se sentará y se pondrá la mitra. Despues se acercará al Sumo Pontífice el subdiácono apostólico, vestido con la túnica de color blanco, llevando las medias y las sandalias, que se pondrá, segun costumbre, el Sumo Pontífice mientras que este dice el salmo: Tuum dilecta, etc. En seguida se retirará el subdiácono, y se aproximará el eminentisimo y Rmo. Sr. Cardenal diácono revestido del amito, de la estola blanca y de la dalmática, porque es el que ha de cantar el Evangelio, y los acólitos llevando, uno despues de otro, todos los ornamentos sagrados, como si el Papa hubiera de celebrar la misa pontifical solemne. Luego que el Papa haya dejado la mitra y pluvial, y que haya tomado los ornamentos pontificales que le habrá suministrado el Cardenal diácono, todos los que están revestidos con ornamentos sagrados, llevando la mitra en la mano, prestarán obediencia al Sumo Pontífice, besándole en la mano los Cardenales, en la rodilla derecha los Patriarcas, Arzobispos y Obispos, y los Abades en el pie. Concluida la obediencia, el Cardenal diácono, asis tente á la derecha del Pontífice, se levantará y dirá en alta voz: Orate (orad), é inmediatamente, tanto el Pontífice sobre el faldistorio (reclinatorio) que estará dispuesto al efecto, como todos los demas Padres, sin la mitra, y ocupando cada uno su lugar respectivo, se arrodillarán y orarán con la cara vuelta al altar. En seguida se levantará el Romano Pontífice solo, y permaneciendo todos de rodillas, dirá la siguiente oracion: <Hénos aquí ante Ti, Señor Espíritu Santo; hénos aquí ante Ti, detenidos por la multitud de nuestros pecados, pero especialmente reunidos en tu nombre. Ven á nosotros y está con nosotros, y dígnate descender á nuestros corazones. Enséñanos lo que debemos hacer y á dónde debemos ir; muéstranos lo que debemos cumplir para que, con tu auxilio, podamos complacerte en todo. Sé salud y operador de nuestros juicios, Tú, que solo con Dios Padre y Dios Hijo posees un nombre glorioso. Tú que amas la equidad suprema, no permitas que seamos perturbadores de la justicia, ni que nuestra ignorancia nos arrastre á cosas malas, ni que el favor nos doblegue, ni que los dones ni las personas nos corrompan. Únenos eficazmente á Ti con el solo don de tu gracia, para que siendo unos contigo, no nos apartemos en nada de la verdad, de tal suerte, que reunidos en nombre tuyo, hagamos en todo lo que sea justo, con la moderacion de la piedad, que nadie disienta de la sentencia que nos inspires, y que por medio de las buenas obras merezcamos las recompensas eternas.> Todos responderán: Así sea. El Cardenal diácono, poniéndose de pie al lado izquierdo, y dirigiéndose á los Padres, dirá: Levantaos. Todos se levantarán, y los cantores entonarán la antifona: : «Óyenos, Señor, porque benigna es tu misericordia; míranos, Señor, segun la multitud de tus misericordias. > El diácono, volviéndose por el lado de la derecha á los Padres, dirá: Orate (orad), y prosternándose todos, orarán hasta que el diácono, colocado á la derecha, diga: Erigite vos (levantáos). Todos se levantarán. Estando todos de pie, y con la cabeza descubierta, dirá el Pontifice la siguiente oracion: «Rogámoste, Señor, que el Paráclito que de Ti procede ilumine nuestros entendimientos, y, como prometió tu Hijo, nos conduzcas á toda verdad. Que contigo vive y reina en la unidad del mismo Espíritu Santo Dios, por todos los siglos de los siglos. R). Así sea. Concluida esta oracion, todos volverán á arrodillarse: dos cantores empezarán las Letanías, á que contestarán todos: Dios Padre de los cielos, ten misericordia de nosotros. Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros. Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros. Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros. Santa María, ruega por nosotros. Santa Madre de Dios, ruega por nosotros. Vírgen Santa de las Vírgenes, ruega por nosotros. San Miguel, ruega por nosotros. San Gabriel, ruega por nosotros. Todos los santos ángeles y arcángeles, rogad por nosotros. Todos los Santos Órdenes de los bienaventurados espíritus, rogad por nosotros San Juan Bautista, ruega por nosotros. San José, ruega por nosotros. Todos los santos Patriarcas y Profetas, rogad por nosotros. San Pedro, ruega por nosotros. Todos los Santos Apóstoles y Evangelistas, rogad por nosotros. Todos los santos discípulos del Señor, rogad por nosotros. San Esteban, ruega por nosotros. San Vicente, ruega por nosotros. Todos los Santos mártires, rogad por nosotros. San Gregorio, ruega por nosotros. San Agustin, ruega por nosotros. Todos los Santos Pontífices y Confesores, rogad por nosotros. Todos los Santos Doctores, rogad por nosotros. San Antonio, ruega por nosotros. San Benito, ruega por nosotros. Santo Domingo, ruega por nosotros. |