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fismas, desenvolver los hechos, y por toda clase de pruebas hacerles ver lo infundado de sus argumentos, y el error y precipicio á que nos conducian. Esto es lo que á nuestro parecer victoriosamente se hace en la obra que presentamos al público.

Patentizado en la primera parte de ella á toda luz el origen del Obispado, la superioridad de San Pedro sobre los demas Apóstoles, el Primado de jurisdiccion de los Papas descubierto con la antorcha de la Historia, la propagacion del Obispado, y la restriccion que le era consiguiente para el establecimiento y conservacion de la unidad de él, su necesidad y la concordia entre él mismo y el imperio para el bien general, espiritual y político de todas las Naciones; puestas á la vista todas las monstruosas consecuencias de las doctrinas de los pretendidos reformadores de nuestros dias en la primera parte; contraida la segunda á la impugnacion de la obra de Genaro Cestari sobre el espíritu de la Iglesia en la confirmacion de los Obispos, que viene á ser como la fuente en donde los errantes han bebido tan cenagosas aguas, en una y otra se combaten tan perniciosas doctrinas: en ambas verán nuestros lectores rebatido hasta la conviccion ese fingido Obispado universal, de que blasonan esos hijos de infidencia y de perdicion; expuestos á su verdadera luz los hechos que adulterados ó alterados nos presentan de aquellos Santos Obispos que parecian haber ejercido en la antigüedad actos de jurisdiccion en agena Diócesi; ex

plicada con toda claridad la distincion de la. potestad de órden y jurisdiccion, que no quieren ver en su ceguedad por no hallarse precisados á confesar su error; veráse probado con irrefragables y auténticos testimonios de la antigüedad y de todos los tiempos el incontestable derecho del Romano Pontífice en el conocimiento y seguridad de la doctrina de los Obispos elegidos, como á quien el Señor dió el cuidado de las ovejas y corderos, del rebaño y de los Pastores entenderáse el verdadero valor que se debe dar á ciertas autoridades demasiado ensalzadas en estas materias, sin que se les rebaje del mérito que puedan tener en otras: veráse, y se dará tambien en unos exquisitos A péndices junto con los documentos que los autorizan, la historia de la larga vacante de los Obispados de Portugal en el siglo XVII, de que tan mezquinamente abusó el Pereira en su Tentativa teológica, y copió con tan poca discrecion, ó con tanta malicia el Cestari; las cartas de Luis XIV al Papa Alejandro VII, y las de sumision y retractacion de los Obispos de Francia sobre los cuatro artículos de la famosa declaracion del Clero Galicano; la auténtica retractacion de Pedro de Marca de las avanzadas proposiciones que se permitió en la Concordia del Sacerdocio y el Imperio, de que contra su voluntad se han valido despues los enemigos de las sanas doctrinas, con otros no menos raros, preciosos y escogidos documentos: creemos, en fin, si no nos engañamos, que despues de leída con reflexion esta obra,

nuestros lectores estarán en disposicion de contrarrestar á todos estos sectarios, confundir á sus secuaces, asegurarse en la doctrina de la Iglesia, y dar razon á cuantos se la pidan de su fé y creencia.

Esto solo parece que bastaba para convencer á todo hombre juicioso de su utilidad, por no decir necesidad, atendido el torrente de perversas doctrinas con que los hijos del error han inundado la Península en estos tres años; pero hay aun otro motivo mas para su publicacion y lectura, y que da demasiado honor á nuestra España para que la pasemos en silencio. En efecto, en ella, si bien se mira, está como vinculado el honor de la Magistratura Española. Sabida y conocida de todos es y no menos elogiada la Consulta del Supremo Consejo de Castilla del abril de 1800, cuando á pesar de los imperiosos mandatos del Ministro Urquijo, aqueilos Magistrados fieles á Dios y á su conciencia, y no menos adictos á la Iglesia que á su Rey, opusieron un pecho de bronce, y expusieron respetuosa y sábiamente á S. M. la no conveniencia, y muchos perjuicios que se seguirian á la Religion y al Estado de la publicacion de la obra del Cestari, que aquel jóven Ministro iniciado en las idéas del dia queria á todo trance se publicára. La impugnacion pues de aquella perniciosa obra es la que ofrece la segunda Parte, y con ella el mas irrefragable testimonio de la prevision, prudencia, sabiduría y justo celo de nuestros Magistrados; y no tememos, ántes sí nos lisonjeamos poder decir que en aquellos

pareceres no hicieron otra cosa que anticipar al conocimiento de los Españoles, para precaverlos, la doctrina que hoy les damos para asegurarlos. ¡Ah! Estos prudentes Magistrados previeron ya entonces los gravísimos males que nos amenazaban si se propagaban tales doctrinas, y nosotros por desgracia los hemos experimentado acaso por no haber dado crédito á sus

voces,

Réstanos solo decir dos palabras sobre el Autor de la obra, porque el conocimiento de su mérito dará mas peso de autoridad á su doctrina: la sabiduría y perícia del Maestro es la primera recomendacion de un escrito. Juan Vicente Bolgeni es muy conocido en la República de las letras para que no nos honremos con su nombre al frente de esta produccion: hijo esclarecido de la ínclita Compañía de Jesus, esa Religion, blanco siempre contra quien han asestado sus tiros los enemigos de ambas potestades; cuyos servicios al Trono y al Altar acredita hasta la evidencia el ódio con que los enemigos de uno y otro la han perseguido; y enviada de Dios, segun el oráculo de la Iglesia, para hacer frente á las pretendidas reformas de Lutero y Calvino; se dió á conocer desde luego por sus escritos contra los enmascarados secuaces de aquellos sectarios; teólogo de la Sagrada Penitenciaría de Roma ha trabajado incansable en arrancar la máscara al error de la Secta Jansenística, ó sea Semi-Calvinismo, como ya de comun acuerdo le apellidan Católicos y Protestantes; y aun cuando no tuviéramos

otra produccion de su pluma (1) que los Hechos dogmáticos bastaba para darle un lugar distinguido entre los literatos de estos últimos tiempos: no menos se honraba él con ésta, y en nada en verdad es inferior á aquella. Su lenguage y estilo, segun lo exigía la materia, es y debia ser doctrinal y didáctico, pero no por eso menos digno sigue paso á paso á su Adversario para atacarle en todos sus atrincheramientos, y porque así convenia al carácter de unos hombres, que si se procediese de otro modo blasonarian de que á varias cosas no se les habia respondido esto era mucho mas penoso, pero producia mejor fruto. Su intencion ya la hemos indicado: ¡ ojalá consiga entre nosotros los ópimos frutos que ha obtenido en las demas Naciones!

(1) Entre las varias obras que salieron de la fecunda pluma de Bolgeni son muy conocidas L' economía della fede Cristiana, contra Guadagnini, que impugnó los Hechos dogmáticos; il exame de la vera idea de la Santa Sede, contra Tamburini.: ¿Risposta al quesito: cosa é un apellante? Problema se i Gianse- . nisti siano Giacobini. Il Posesso, principio fondamentale per decidere i casi morali. — Stato de' Bambini morti senza Battesimo.— El Gustá le atribuye tambien il Spèchio istórico contra los errores del dia, que comprende entre otros opúsculos la Geografía del Jansenismo c. murió el 3 de mayo de 1811 en Roma.

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