se propuso, como era natural, ante todo, terminar el tomo consagrado á la catedral barbastrense, que ocupaba á Sainz en sus dias postreros; el cual exigia ademas algunas reformas, atendiendo, ya á la reduccion de esa Iglesia á la categoria de colegiata, ya al fallecimiento de su último Obispo, que ocurrió en 1855.

Concluido ese doble trabajo, cabe á la Academia la satisfaccion de publicar el tomo XLVIII de la España Sagrada. Forma en lo posible un tratado completo, si bien algunos de los capítulos que abraza hallan su natural explanacion en los volúmenes XLVI y XLVII, concernientes á las Iglesias de Roda y de Lérida; pues la historia de ambas está enlazada tan íntimamente con la de la Iglesia de Barbastro, que puede sin impropiedad decirse, con relacion á cierta época, que es una misma la de las tres. Y hé aqui la razon por que, si bien en tésis general, conforme al plan trazado por el Rmo. Florez, no han tenido cabida en la España Sagrada monografias correspondientes á sedes de origen posterior á la dominacion de los godos, se ha creido necesario hacer excepcion de esta regla en obsequio de la antigua catedral barbastrense.

Segun lo ofrecido en el tomo XLVII, se insertan en el presente, entre los apéndices que le terminan, cuatro concilios celebrados en Lérida de 1173 á 1294. Van precedidos de una advertencia, que hace excusadas otras explicaciones sobre el particular.

En órden á los auxilios con que hayan contado el autor de este libro y la comision encargada de revisarle y concluirle, cumple recordar que el presbítero Sainz de Baranda habia hecho en 1852 un viaje á la ciudad de Barbastro, donde mereció lisonjera acogida, asi al Obispo diocesano Sr. D. Jaime Fort y Puig, como al cabildo, ayuntamiento y personas distinguidas de la poblacion. De todos conservaba el mejor recuerdo, y se manifestaba agradecido por la espontaneidad y benevolencia con que le habian facilitado noticias y franqueado sus importantes archivos. Por otra parte, el Mro. Canal, en el prólogo del tomo XLVI, daba cuenta de haber visitado tambien aquella capital eclesiástica, y describia los indicados depósitos, señaladamente el capitular. Ademas, ambos continuadores habian pasado á Barcelona y copiado en el archivo general de la Corona de Aragon importantes y oportunos documentos. Tal es la procedencia de muchos de los datos utilizados para el presente volúmen; los sacados de libros impresos y Mss. se expresan por las citas puestas en los respectivos lugares.

Justo es mencionar ahora, ya que en el cuerpo del tomo no se ha hecho por evitar prolijas remisiones, la Historia civil y eclesiástica de Barbastro, que acaba de publicar un jóven é ilustrado sacerdote (1), llena de noticias

(1) Historia de la M. N. y M. L. ciudad de Barbastro y descripcion geográfico-histórica de su diócesi: obra escrita por el doctor D. Saturnino Lopez Novoa, presbítero,

rector, cura principal de la única parroquia de dicha ciudad... Barcelona: imprenta de Pablo Riera, 1861.-Dos volú menes en 4.°

y

observaciones curiosas: la cual se ha tenido á la vista, especialmente en lo relativo al último estado de la iglesia barbastrense y á las personas que comprende el capítulo XIX.

No es menos debido citar con elogio al presbítero Don Vicente Solano, párroco de Grustan, ventajosamente conocido por varias obras de teologia moral y pastoral, discursos predicables y liturgia, que ha dado á la prensa para la cumplida instruccion y gobierno de los demas eclesiásticos que se ocupan en la cura de almas: algunas de las cuales le ha sido preciso reimprimir mediante la aceptacion que merecieron. El Académico Sainz de Baranda, que habia tenido la buena suerte de conocerle en el palacio episcopal de Barbastro, de regreso á esta córte, invocó una y otra vez su cooperacion cuando redactaba el tomo que ahora sale á luz; y nunca lo hizo en vano: noticias, documentos, y hasta libros, todo se lo franqueaba con un celo y exactitud de que hay pocos ejemplos. Y la familia de Baranda pudo leer la razonada contestacion del párroco de Grustan á la consulta que nueve dias antes de su fallecimiento le habia aquel dirigido sobre un punto interesante. La comision, con tales antecedentes, recurrió de nuevo al Sr. Solano para la averiguacion de algunos hechos; y no obstante su edad avanzada y sus graves ocupaciones, le ha hallado siempre dispuesto á complacerla con puntualidad y en términos satisfactorios.

TOMO XLVIII.

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X

El mapa que acompaña del obispado de Barbastro se formó bajo la direccion de Sainz de Baranda, y el retrato que vá al frente de su biografia ha sido ejecutado con presencia del busto que posee la Academia.

DEL PRESBÍTERO

DON PEDRO SAINZ DE BARANDA.

La vida de un hombre modesto, constantemente alejado del bullicio del mundo, y que se ocupó exclusivamente en tareas mentales y en el exacto cumplimiento de sus deberes, ofrece estrecho campo á las investigaciones del biógrafo. Su juventud no discrepa de su edad madura: sus dias no presentan vicisitudes extrañas que reseñar, ni peregrinas aventuras de que dar cuenta á los lectores curiosos. Tal ha sido la existencia del presbítero D. Pedro Sainz de Baranda: existencia que no excedió los límites comunes, si bien aprovechada y útil en mas de un concepto.

Nació D. Pedro en esta córte á 21 de agosto de 1797, y fué bautizado en la parroquia de Santa Cruz.

En temprana edad mostró felices disposiciones para la carrera literaria; y aprovechándolas su familia le puso bajo la direccion de los PP. Escolapios en el colegio de San Antonio Abad, donde siguió ventajosamente los cursos de latinidad y humanidades.

Asi preparado, fué admitido, en 1810, en los Reales Estu

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