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dad para ingerirnos á nosotros en su lugar. Bien: alabad por ello al Dios de Israél, y sed agradecidos á esta suma misericordia. Esta es la consecuencia legítima y justa que debeis sacar de aquella verdad: no elacion, no seguridad, no propia satisfaccion, mucho menos desprecio de las ramas, y ódio de las ramas quebradas. Estas se han secado y hecho inútiles por su incredulidad: vosotros, que aora estais ingertos en el mismo árbol por la fe, no presumais tanto de vosotros mismos, no deis lugar á pensamientos de elacion y de vana seguridad: obrad vuestra salud con temor y temblor, porque no hay razon alguna para persuadirse, que Dios ha de contemplar mas á las ramas estrañas, por estar ingertas en buena oliva, que lo que contempló á las ramas naturales. Mas tú por la fe estás en pie: pues no te engrias por eso, mas antes teme. Porque si Dios no perdonó á los ramos naturales: ni menos te perdonará á tí*. De aquí se sigue, que no es imposible que suceda á los ingertos aquel mismo trabajo, que sucedió a las ramas naturales.

275. "En este consejo de Dios, admirable é inescrutable, debemos considerar por una parte, la bondad y misericordia del Señor, y por otra su justicia y severidad. La severidad para con los Judios ingratos, que fueron infieles á su vocacion, y se obstinaron en su infidelidad: la bondad para con las gentes, que fueron llamadas en su lugar. Mas esta bondad para con las gentes (no menos que la severidad para con los Judios) es necesario entenderla bien, porque es muy fácil abusar de una y de otra. Así como la severidad para con los Judios debe durar indispensablemente todo el tiempo que durare su infidelidad, y nada mas: así la bondad para con las gentes deberá durar todo el tiempo que estas permanecieren en aquella fe y bondad, que Dios ha pretendido de ellas, y nada mas. Si este tiempo

Tu autem fide stas: noli altum sapere, sed time. Si enim Deus naturalibus ramis non pepercit: ne fortè nec tibi parcat.—Ad Rom. xi, 20, 21.

se llena alguna vez, como está escrito, así como se ha de llenar el tiempo de la incredulidad de los Judios, como tambien está escrito, ¿qué otra cosa, ni qué suerte mejor pueden esperar los ingertos, sino la misma severidad que han esperimentado las ramas naturales, y tal vez mayor? Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios: la severidad para con aquellos que cayeron; y la bondad de Dios para contigo, si permanecieres en la bondad: de otra manera serás tú tambien cortado. Y aun ellos, si no permanecieren en la incredulidad, serán ingeridos : pues Dios es poderoso para ingerirlos de nuevo*.

276. "Si esto os causa gran novedad, si os parece dura cosa y dificil de creer, volved los ojos á vosotros mismos, y haced esta breve, fácil y justa reflexion. Yo fuí sacado por la bondad de Dios de mi oleastro inútil, é infructuoso, que solo era bueno para el fuego: fuí ingerido en buen olivo por la sábia, omnipotente y benéfica mano del Padre celestial. Por este beneficio quedé en estado de poder gozar abundantísimamente del jugo pingüe de la raiz del árbol, y por consiguiente de dar frutos dignos de Dios. Pues cuando las ramas propias y naturales del mismo árbol le sean enteramente restituidas (como es cierto que lo han de ser); cuando sea como ingeridas de nuevo, segun su naturaleza, por la misma mano sábia, omnipotente y benéfica del Dios de Abrahán, ¿qué frutos no podrán dar, y qué frutos no darán? Porque si tú fuiste cortado del natural acebuche, y contra natura has sido ingerido en buen olivo; ¿cuanto mas aquellos, que son naturáles, serán ingeridos en su propio olivo†?

* Vide ergo bonitatem, et severitatem Dei: in eos quidem, qui ceciderunt, severitatem: in te autem bonitatem Dei, si permanseris in bonitate: alioquin et tu excidêris. Sed et illi, si non permanserint in incredulitate, inserentur: potens est enim Deus iterum inserere illos. Ad Rom. xi, 22, 23.

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+ Nam si tu ex naturali excisus es oleastro, et contra naturam insertus es in bonam olivam: quantò magis ii, qui secundum naturam inserentur suæ olivæ ? - Ad Rom. xi, 24.

PARTE TERCERA.

277. "La incredulidad presente de los Judios, su obstinacion, su dureza, su ceguedad en medio de tan gran luz, y el estado singular en que por esto se hallan, es un fenómeno bien estraordinario, y como un enigma 6 misterio mas digno de una atenta consideracion, que de una inconsiderada indignacion. Porque el conocimiento de este gran misterio, desde su principio hasta su fin, puede ser utilísimo á todos los creyentes de todas las naciones, yo que no deseo otra cosa que vuestro verdadero bien, quiero descubriros este misterio y revelaros este secreto porque no seais sábios en vosotros mismos*: para que modereis vuestra nímia confianza, que puede facilmente pasar á presuncion, y aun á temeridad, y deis lugar á un santo y religioso temor. Sabed, hermanos, que la ceguedad presente de los Judios con todas sus consecuencias, es un misterio grande, unido estrechísimamente con el misterio no menos grande de vuestra vocacion: de modo que aquel primero depende de este segundo, y durará tanto, cuanto este durare. Es á saber, hasta que entre la plenitud de las gentes; no cierto, todas, sino las que han de entrar, segun la presciencia y eleccion de Dios: Porque muchos son los llamados, mas pocos los escogidos†: hasta que ya no se halle entre las gentes quien quiera entrar: hasta que los que estaban dentro se vayan saliendo, y los que quedaren se vayan resfriando en la caridad, por la abundancia de la iniquidad: hasta que en fin, se llenen los tiempos de las naciones.

278. "Llegado este tiempo y concluido este misterio, tiene determinado el misericordioso y justo Dios, de llamar á los Judios, y recojer todas sus reliquias con grandes piedades, así como está escrito, anunciado y prometido en sus Escrituras. Porque no es posible citar aquí todos los lugares de las Escrituras que hablan de esto, bastará por * Ut non sitis vobis ipsis sapientes. — Ib. ver. 25. + Multi enim sunt vocati, pauci verò electi.

Mat. xx, 16.

aora el capítulo lix de Isaías, donde se dice: cuando viniere á Sión (ó como leen todas las versiones vendrá á Sión, ó por Sión) el Redentor...(y el de S. Pablo que dice): Vendrá de Sión el Libertador que desterrará la impiedad de Jacob. Y esta será mi alianza con ellos : cuando quitare sus pecados*. Por tanto, si Dios los trata aora como á enemigos, esta enemistad no solo es justísima respecto de ellos, sino tambien llena de bondad respecto de vosotros. Mejor diré, esta enemistad con los Judios, es solamente por causa de vosotros: por vuestro amor, por vuestra contemplacion, por vuestro mayor bien: pues en la presente providencia estrecha es la cama, de modo que uno de los dos ha de caer: y una manta corta no puede cubrir al uno, y al otro. Mas si por este respecto son aora enemigos, por otro respecto, no lo son, sino antes carísimos á Dios, que no puede negarlo del todo sin negarse á sí mismo, pues tiene empeñada su real palabra, que es esta: En verdad segun el Evangelio son enemigos por causa de vosotros: mas segun la eleccion son muy amados por causa de sus padrest. Si ellos son aora dignos de íra por su incredulidad, por su ostinacion y por causa de vosotros tambien son dignos de misericordia por la justicia de sus padres, por los méritos de sus padres: por las promesas hechas á sus padres: Pues los dones y vocacion de Dios son inmutables §. No puede Dios arrepentirse de haber prometido, ni niega sus promesas, ni deja de cumplirlas con toda plenitud.

Venerit Sion [venient ad Sion seu propter Sion] Redemptor... Venerit ex Sion qui eripiat, et avertat impietatem à Jacob. Et hoc illis à me testamentum: cùm abstulero peccata eorum.— Isai. lix, 20; et ad Rom. xi, 26, et 27.

+ Coangustatum est enim stratum, ita ut alter decidat: et pallium breve utrumque operire non potest.—Isai. xxviii, 20.

Secundùm Evangelium quidem inimici propter vos: secundùm electionem autem charissimi propter patres. - Ad Rom. xi, 28. § Sinè pœnitentia enim sunt dona, et vocatio Dei. Ad Rom. xi,

29.

PARTE CUARTA.

279. "Así como vosotros, estabais en aquel tiempo sin Cristo, separados de la comunicacion de Israél, y estrangeros de los testamentos (del antiguo y del nuevo), no teniendo esperanza de la promesa, y sin Dios en este mundo*: así como vosotros no conociais al verdadero Dios, y aora le habeis hallado sin buscarlo+ y habeis conseguido misericordia por la incredulidad de los Judios: así estos aora no creen, ni quieren oir hablar de la misericordia que vosotros habeis hallado, creyendo en aquel que ellos reprobaron y crucificaron. ¿Y pensais que no habrá en esto algun gran misterio digno de la grandeza, sabiduría y bondad de Dios? No por cierto... Porque como tambien vosotros en algun tiempo no creisteis á Dios, y aora habeis alcanzado misericordia por la incredulidad de ellos : Así tambien estos aora no han creido en vuestra misericordia: para que ellos alcancen tambien misericordia. El gran misterio es: que quiere Dios, y lo tiene así determinado, que los Judios hallen misericordia de aquel mismo modo, y por aquel mismo camino por donde la hallaron las gentes. Estas hallaron misericordia sin buscarla, por la incredulidad de los Judios: y aora habeis alcanzado misericordia por la incredulidad de ellos §. Pues aplicad la semejanza, y sacad fielmente la buena y legítima consecuencia: Porque Dios todas las cosas encerró en incre

* Eratis illo in tempore sinè Christo, alienati à conversatione Israël, et hospites testamentorum, promissionis spem non habentes, et sinè Deo in hoc mundo. - Ad Ephes. ii, 12.

+ Isaí. lxv.

Absit... Sicut enim aliquando et vos non credidistis Deo, nunc autem misericordiam consecuti estis propter incredulitatem illorum : Ita et isti nunc non crediderunt in vestram misericordiam: ut et ipsi misericordiam consequantur. · Ad Rom. xi, 11, 30, et 31.

§ Nunc autem misericordiam consecuti estis propter incredulitatem illorum. - Ad Rom. xi, 30.

TOMO II.

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