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post reditum eorum ex iis,quæ Synodi nomine diligenter retulerunt, postulatione ipsius Synodi cognita, habita super hac re cum venerabilibus fratribus nostris S. R. E. Cardinalibus deliberatione matura, sanctique Spiritus in primis auxilio invocato, cùm ea decreta omnia catholica, et populo christiano utilia, ac salutaria esse cognovissemus, ad Dei omnipotentis laudem de eorundem fratrum nostrorum consilio, et assensu, in consistorio nostro secreto, illa omnia,et singula auctoritate Apostolica hodie confirmavimus, et . ab omnibus christi fidelibus suscipienda, ac servanda esse decrevimus; sicut harum quoque litterarum tenore, ad clariorem omnium notitiam, confirmamus, et suscipi, observarique decernimus. Mandamus autem in virtute sanctæ obedientiæ, et sub pœnis à sacris canonibus constitutis, aliisque gravioribus, etiam privationis, arbitrio nostro infligendis,universis, et singulis venerabilibus fratribus nostris, Patriarchis, Archiepiscopis, Episcopis, et aliis quibusvis ecclesiarum præ-ral, y á cada uno en particular de latis, cujuscumque status, gra- nuestros venerables-hermanos los Padus, ordinis, et dignitatis sint, triarcas, Arzobispos, Obispos, y etiam si Cardinalatus honore otros qualesquiera prelados de la præfulgeant, ut eadem decre- Iglesia,de qualquier estado, gradua ta, et statuta in ecclesiis suis, cion, orden, ó dignidad que sean, civitatibus, et diœcesibus, in aunque se distingan con el honor Mmm

Concilio, primeramente por las cartas de los Legados, y despues por la relacion exâcta que, habiendo estos venido, nos hicieron á nombre del Concilio, habiendo deliberado maduramente sobre la materia con nuestros venerables hermanos los Cardenales de la santa Iglesia Romana, é invocado ante todas cosas el auxilio del Espíritu santo; con conocimiento de que todos aquellos decretos son católicos, útiles, y saludables al pueblo cristiano; hoy mismo, con el consejo y dictamen de los mismos Cardenales, nuestros hermanos, en nuestro consistorio secreto, á honra y gloria de Dios omnipotente, confirmamos con nuestra autoridad Apostólica todos, y cada uno de los decretos; y hemos determinado que todos los fieles cristianos los reciban, y observen ; así como para mas clara noticia de todos, los confirmamos tambien por el tenor de las presentes letras, y decretamos que se reciban y observen. Mandamos pues, en virtud de santa obediencia, y só las penas establecidas en los sagrados cánones, y otras mas graves, hasta la de privacion, que se han de imponer nuestra voluntad, á todos en gene

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de purpura Cardinalicia, que observen exactamente en sus iglesias, ciudades y diócesis los mismos decretos y estatutos, en juicio y fuera de él, y que cada uno de ellos haga que sus subditos, á quienes de algun modo pertenecen, los observen inviolablemente; obligando á qualesquiera personas que se opongan, y á los contumaces, con sentencias, censuras y penas eclesiásticas, aun con las contenidas en los mismos decretos, sin respeto alguno á su apelacion; invocando tambien, si fuere necesario, el auxilio del brazo secular. Amonestamos pues, á nuestro carísimo hijo electo Emperador, á los demas reyes, repúblicas, y príncipes cristianos, y les suplicamos por las entrañas de misericordia de nuestro señor Jesu-Cristo, que con la piedad que asistieron al Concilio por medio de sus Embaxadores, con la misma, y con igual anhelo favorezcan con su auxilio y proteccion, quando fuese necesario, á los prelados, á honra de Dios, salvacion de sus pueblos, reverencia de la sede Apostólica, y del sagrado Concilio, para que se executen y observen los decretos del mismo; y no permitan que los pueblos, de sus dominios adopten opiniones contrarias á la sana y saludable doctrina del Concilio, sino que absolutamente las prohiban. Además de esto, para evitar el trastorno y confusion que se podria originar, si fuese lícito á cada uno

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judicio, et extra judicium diligenter observent, et à subditis quisque suis, ad quos quomodolibet pertinent,inviolabiliter faciant observari : contradictores quoslibet, et contumaces per sententias, censuras, et po nas ecclesiasticas,etiam in ipsis decretis contentas, appellatione postposita, compescendo, invocato etiam, si opus fuerit, brachii sæcularis auxilio. Ipsum verò carissimum filium nostrum Imperatorem electum, cæterosque reges, respu blicas, ac principes christianos monemus, et per viscera misericordiæ Domini nostri Jesu Christi obtestamur, ut quâ pietate Concilio per Oratores suos affuerunt, eadem pietate, ac pari studio, divini honoris, et populorum suorum salutis causa, pro sedis quoque Apos tolicæ, et sacræ Synodi reve rentia, ad ejusdem Concilii exequenda, et observanda decreta prælatis, cùm opus fuerit, auxilio, et favore suo adsint, neque adversantes sanæ, ac salutari Concilii doctrinæ opiniones, à populis ditionis suæ recipi permittant, sed eas penitus interdicant. Ad vitandum prætereà perversionem, et confusionem, quæ oriri posset, si unicuique liceret, prout ei liberet, in decreta Concilii commentarios, et interpreta tiones suas edere ; Apostolica

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auctoritate inhibemus omnibus,tà ecclesiasticis personis, cujuscumque sint ordinis,conditionis, et gradus, quàm laïcis, quocumque honore, ac potestate præditis; prælatis quidem sub interdicti ingressus ecclesiæ, aliis verò quicumque fuerint, sub excommunicationis latæ sententiæ pœnis, ne quis.sine auctoritate nostra audeat ullos commentarios, glossas, annotationes, scholia, ullumve omninò interpretationis genus super ipsius Concilii decretis quocumque modo edere, aut quidquam quocumque nomine,etiam sub prætextu majoris decretorum corroborationis, aut executionis, aliove quæsito colore,statuere. Si cui verò in eis aliquid obscuriùs dictum,et statutum fuisse, eamque ob causam interpretatione, aut decisione aliqua egere visum fuerit; ascendat ad locum,quem Dominus elegit, ad sedem videlicet Apostolicam, omnium fidelium magistram, cujus auctoritatem etiam ipsa sancta Synodus tam reverenter agnovit. Nos enim difficultates,et controversias,si quæ ex eis decretis ortæ fuerint, nobis declarandas, et decidendas, quemadmodum ipsa quoque sancta Synodus decrevit, reservamus; parati, sicut ea de nobis meritò confisa est, omnium provinciarum necessita

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publicar segun su capricho comentarios, é interpretaciones sobre los decretos del Concilio, prohibimos con autoridad Apostólica á todas las personas, así eclesiásticas de qualquier orden, condicion, ó graduacion que sean, como las legas condecoradas con qualquier honor ó potestad ; á los primeros, só pena del entredicho de entrada en la iglesia, y á los demas, qualesquiera que fueren, só pena de excomunion late sententia; que ningu no de ningun modo se atreva á publicar sin nuestra licencia, comentarios ningunos, glosas, anotaciones, escolios, ni absolutamente ningun otro género de exposicion sobre los decretos del mismo Concilio, ni establecer otra ninguna cosa baxo qualquier nombre que sea, ni aun só color de mayor corroboracion de los decretos ó de su execucion, ni de otro pretexto. Mas si pareciere á alguno que hay en ellos algun punto enunciado, ú establecido con mucha obscuridad, y que por esta causa necesita deinterpretacion,ó de alguna decision ; ascienda á el lugar que Dios ha elegido; es á saber, á la sede Apostólica, maestra de todos los fieles, y cuya autoridad reconoció con tanta veneracion el mismo santo Concilio ; pues Nos, así como tambien lo decretó el santo Concilio, nos reservamos la declaracion, y decision de las dificultades y controversias, si ocurriesen algunas, nacidas de los mismos, decretos; dispuestos, coMmm 2

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mo el Concilio justamente lo confió de Nos, á dar las providencias que nos parecieren mas convenientes á las necesidades de todas las provincias. Decretando no obstante por irrito y nulo, si acontecie re que á sabiendas, ó por ignorancia, atentare alguno, de qualquiera autoridad que sea, lo contrariq de lo que aquí queda determinado. Y para que todas estas cosas lleguen á noticia de todos, y ninguno pueda alegar ignorancia, queremos y mandamos, que estas nuestras letras se lean públicamente, y en voz clara, por algunos cursores de nuestra Curia, en la basílica Vaticana del Príncipe de los Após toles, y en la iglesia de Letran, en el tiempo en que el pueblo asiste en ellas,á la misa mayor; y que despues de recitadas se fixen en las puertas de las mismas iglesias ; así como tambien en las de la Cancelaria Apostólica, y en el sitio acostumbrado del campo de Flora, y queden allí algun tiempo, de suerte que puedan leerse, y llegar á noticia de todos. Y quando se arranquen de estos sitios, queden algunas copias en ellos, segun costumbre, y se impriman en esta santa ciudad de Roma, para que mas facilmente se puedan divulgar por las provincias y reynos de la cristiandad. Ademas de esto, mandamos y decretamos que se dé cierta, é indubitable fe á las copias de estas nuestras letras, que estuvieren escritas de mano de algun notario público, ó firmadas,

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tibus, ea ratione, quæ cómmodior nobis visa fuerit providere. Decernentes nihilominus irritum, et inane, si secus super his à quoquam quavis auctoritate scienter, vel ignoranter contigerit attentari. Ut hæc autem ad omnium notitiam perveniant, neve quis excusatione ignorationis uti possit : volumus, et mandamus, ut hæ litteræ per aliquos Curiæ. nos◄ træ cursores in basilica Vatica na Principis Apostolorum, et in ecclesia Lateranensi, tunc, cùm in eis populus, ut missarum solemnibus intersit, congregari solet, palam, et clara voce recitentur, et postquam recitatæ fuerint, ad valvas earum ecclesiarum,itemque cancellaria Apostolicæ, et in loco solito campi Floræ affigantur; ibique, ut legi, et omnibus innotescere possint,aliquantisper relinquantur. Cùm autem inde amovebuntur, relictis de more ibidem exemplis, in alma urbe ad impressionem tradantur; quo commodiùs per christiani nominis provincias, et regna, divulgari possint. Transumptis quoque earum, quæ manu alicujus publici notarii scripta, subscriptave,et sigillo,ac subscriptione alicujus personæ, in dignitate ecclesiastica constitutæ,munita fuerint,fidem sine ulla dubitatione haberimandamus, atque decernimus. Nulli

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ergo omninò hominum liceat hanc paginam nostræ confirmationis, monitionis, inhibitionis,reservationis,voluntatis, mandatorum, et decretorum infringere, vel ei ausu temerario contraire. Si quis autem hoc attentare præsumpserit, indignationem omnipotentis Dei, ac beatum Petri, et Pauli, Apostolorum ejus, se noverit incursurum. Datum Romæ, apud s. Petrum, anno Incarna tionis Dominicæ м. D. LXIII. VII. Kal. februarii, Pontificatus nostri anno quinto.

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ó refrendadas con el sello, ó firma de alguna persona constituida en dignidad eclesiástica. No sea pues permitido absolutamente á persona alguna tener la audacia y temeridad de quebrantar, ni contradecir esta nuestra bula de confirmacion, aviso, inhibicion, reserva, voluntad, mandamientos y decretos. Y si alguno tuviere la presuncion de atentarlo sepa que incurrirá en la indignacion de Dios omnipotente, y de sus Apóstoles los bienaventurados san Pedro y san Pablo. Dado en Roma en san Pedro, año de la Encarnacion del Señor de 1563, ·á 26 de enero, y quinto año de nuestro Pontificado.

Yo Pio Obispo de la Iglesia Cató

lica.

Yo F. Cardenal de Pisa, Obispo de Ostia, Decano.

Yo Fed. Cardenal de Cesis, Obispo de Porto.

Yo Juan Card. Moron, Obispo de Frascati.

Yo A. Card. Farnesio Vice-canciller, Obispo de Sabina.

+

+

Ego R. Card. S. Angeli, ma- Yo R. Cardenal de Sant-angel, Pe

jor pœnitent.

nitenciario mayor.

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